Pelé, el mejor futbolista brasileño de todos los tiempos, se descartó ayer como posible candidato a encender el pebetero de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, horas antes de la ceremonia de apertura. El nombre del encargado de hacer el último relevo de la antorcha y de encender el pebetero era el secreto mejor guardado de los organizadores de Río 2016, pero en Brasil se daba casi como seguro que ese honor correspondería a Pelé.

Pelé, de 75 años, justificó su ausencia en la ceremonia por motivos de salud, afirmó que no tenía "condiciones físicas" para participar en la ceremonia. En el último par de años, Pelé se ha sometido a varias operaciones, por problemas renales, en articulaciones y en la cadera.