Javier Culler revalidó ayer su corona en el Trofeo Club Náutico de tenis, una cita cuya vigésima segunda edición terminó ayer con la disputa de una gran final en el que Adrián Revilla luchó sin suerte para despojar al campeón de su trono (6-4, 6-7 y 6-3).

No pudo tener mejor final el trofeo, con un partido acorde a lo visto en la pista de la instalación zamorana a lo largo de los últimos días. Lleno de nivel y con buenos puntos, igualado gracias a que se medían dos tenistas de calidad.

El duelo por el título resultó apasionante y tan disputado que se alargó durante más de tres horas. Tiempo en el que el buen número de aficionados que acudió a disfrutar del choque gozó con el juego peloteado y los buenos puntos de Culler y Revilla.

La contienda se decidió por pequeños detalles. Así, en el primer set, Culler acertó a resolver en el momento decisivo, con 4-4 en el marcador, firmando un "break" al que no pudo reaccionar Revilla. Un guión similar al de la segunda manga, aunque en esta ocasión el aspirante mantuvo el tipo, forzó el "tie break" y, en ese lapso, fue más preciso que el campeón. Con empate en el marcador, el trono se jugó en la manga de desempate. Un tercer set en el que ambos tenistas llegaban justos de fuerzas y que Culler inició con fuerza, poniéndose por delante con 3-0 en el marcador gracias a un tempranero "break".

Revilla vio perdida la final y echó el resto sobre la pista, logrando igualar de nuevo el tanteo (3-3). Sin embargo, dos buenos juegos de Culler hicieron que acabara bajando los brazos, permitiendo al campeón retener su corona un año más.