La cuarta y última etapa de la Vuelta Ciclista a Zamora planea un recorrido más cómodo que el resto de los días a pesar de incorporar un puerto de montaña en los primeros kilómetros. Tras pasar el repecho en Coreses, los pueblos de Madridanos, Moraleja y El Perdigón recogen sendas metas volantes donde la lucha por el maillot de la regularidad podría quedar resuelta. Tan solo contarán con nueve kilómetros de avituallamiento por lo que los ciclistas tendrán que cuidar la alimentación para no sufrir en el tramo final de la etapa. Los últimos 20 kilómetros de la ronda serán por las calles de la capital con un circuito por la zona de La Marina al que tendrán que dar seis vueltas tras las que quedará certificado el ganador de la edición de este año.