Es imposible conseguir más de lo que logró Portugal haciendo menos. En la prórroga, cuando todo hacía indicar que el duelo se resolvería en los penaltis, Ricardo Quaresma, esa eterna promesa que nunca terminó de cuajar, consiguió el gol que clasificaba a los lusos para los cuartos de final, donde se las verán con la selección de Polonia. Era el primer remate a puerta de Portugal en todo el partido. El primero de Croacia había llegado un minuto antes, cuando Perisic protagonizó de forma consecutiva las dos ocasiones más claras del encuentro para los suyos. La primera en una internada por banda cuyo centro no encontró rematador y la segunda en un cabezazo que se estrelló en el poste.

El partido fue feo, las ocasiones de gol brillaron por su ausencia y el interés lo mantenía tan solo la tensión de saber quién pasaría de ronda. Portugal hizo un planteamiento muy defensivo, más preocupados de anular a Modric, al que ayer apenas se pudo ver, que de utilizar sus muchos recursos ofensivos. Ronaldo fue también un mero espectador que intervino en la jugada decisiva. Ronaldo chutó tras atrapar el rechace de un mal disparo de Nani y el rechace de su disparo a puerta lo recogió Quaresma para marcar el único tanto del partido.

Nada más comenzar el encuentro los dos equipos enseñaron sus cartas. Portugal esperaba atrás a ver si cogía desprevenida a Croacia en una contra. Los balcánicos aceptaron las condiciones, se adueñaron del balón y al tener al madridista Modric tan vigilado trataron de darle el balón a Rakitic. El centrocampista del Barcelona tampoco pudo hacer nada para encontrar huecos en la tupida defensa lusa, que ayer funcionó como un reloj.

De hecho la primera ocasión clara de partido la tuvieron los portugueses por medio de Pepe. El central del Madrid cabeceó fuera un córner en el que el resbalón de un defensa croata le había dejado una posición franca.

En la continuación Croacia trató de ser algo más incisiva, utilizar la posesión para acercarse con algo más de peligro. Pero no conseguía abrir grietas en la zaga lusa y la ocasión más clara llegó en una acción parecida a la de Pepe. El central Vida remató fuera cuando estaba solo tras un gran centro de Rakitic en una falta lateral. El ariete croata Mandzukic se tiraba de los pelos porque estaba justo al lado de su compañero y el balón le habría llegado a él en mejor posición para rematar.

Conforme pasaban los minutos crecía más el miedo a la derrota que las ganas de ganar. Más aún cuando se llegó al tiempo de prórroga. Tan solo en los últimos instantes, cuando los jugadores de ambos equipos empezaron a acusar el cansancio, llegó el desequilibrio. Y ahí Portugal tuvo la suerte que ayer le faltó a una selección croata que hizo más por ganar que la lusa.