Aunque él no quiere casi ni mencionar la palabra "play-off", a estas alturas es prácticamente inevitable. Carlos Tornadijo está a punto de conseguir una nueva clasificación para una fase de ascenso, en este caso al frente del banquillo del GCE Villaralbo, club al que llegó el pasado mes de enero, en sustitución de Diego Rojas, y bajo ese único objetivo; acabar la Liga regular entre los cuatro primeros.

A falta de una sola jornada para que concluya la competición regular, Tornadijo, todo un experto en la categoría y en estas lides, tiene a su equipo en esa anhelada cuarta plaza y dependiendo de sí mismos para que los villaralbinos estén en el tercer play-off a Segunda División B de su historia (los dos primeros fueron con Rubén de la Barrera al frente del cuerpo técnico). Él, sin embargo, lleva ya cinco play-offs en su palmarés y lo que es más importante, tres ascensos a la categoría de bronce, lo que le convierten en un especialista en estas cuestiones.

Fue con el Zamora CF con el que se consagró en esta ardua tarea de lograr el ascenso y es que con los rojiblancos lo hizo en dos ocasiones aunque, eso sí, en el formato de liguilla y acabando en cuarta y primera posición, en las temporadas 96-97 y 98-99. Esos dos saltos de categoría le hicieron ganarse el cariño y respeto de la afición rojiblanca a la que, por cierto, se tuvo que enfrentar desde las filas villaralbinas hace pocos meses, aunque ya lo había hecho anteriormente como técnico del Astorga, pero la del pasado febrero fue la primera vez que visitó el Ruta de la Plata como entrenador rival, y lo hizo con victoria. El tercer ascenso de Tercera a Segunda B lo logró, precisamente, en el Astorga, en la temporada 13-14, y superando tres eliminatorias tras haber quedado segundo en la campaña. También con el Atlético Burgalés, a mediados de los noventa, y con la Gimnástica Segoviana en el curso 2007-08 luchó por dar el salto, aunque en esas dos ocasiones no lo logró. A estas cinco fases se suma el ascenso que consiguió de Regional de Aficionados a Tercera División con el Atlético Tordesillas, momento en el que conoció y coincidió con el presidente del GCE, José Fernández, que también fue el máximo responsable del club pucelano en aquel momento.

Ahora el entrenador burgalés tiene muy cerca la posibilidad de cumplir con un nuevo reto pero no quiere pensar más allá del encuentro del domingo ante el Atlético Bembibre. Tanto es así que asegura que no ha mirado posibles rivales para la primera eliminatoria del play-off, que podría ser cualquier segundo del resto de grupos de Tercera, y quiere a sus hombres centrados y concentrados para evitar sorpresas. "Hay mucha tensión, nervios? y en un partido de fútbol puede pasar de todo. No podemos confiarnos", indicó el técnico.

Para este encuentro el GCE tiene las bajas del portero Juanjo por lesión y de Javi Ballesteros por sanción, pero tampoco podrá estar con el resto de la plantilla Revi que, aunque ya se entrena con el grupo, aún no está al cien por cien. Además, en el club son conscientes de que aunque el Atlético Bembibre no se juega nada en lo deportivo no van a regalar nada y ellos necesitan ganar para no tener que mirar lo que hace su único rival a estas alturas, La Bañeza, a la que superan en un punto, tienen ganado el golaverage y que recibirá a un Zamora CF que, sin nada en juego desde hace un par de jornadas, seguirá con sus rotaciones y dando descanso a jugadores importantes. Así, si el GCE suma los tres puntos, no tendrá que mirar a nadie para estar en el sorteo de ascenso, mientras que si no consigue imponerse al Bembibre, necesita que La Bañeza no gane.