El ciclismo español ha comenzado en la Vuelta a Castilla y León a conocer al que puede ser uno de sus mejores representantes en no mucho tiempo, a un ciclista zamorano que ha vuelto a demostrar -y ya lo ha hecho en varias ocasiones- que puede estar a la altura de los mejores escaladores del pelotón internacional en un plazo corto de tiempo.

Jaime Rosón dejó patente ayer su clase y lo hizo entrando en la meta en el quinto puesto en la Vuelta a Castilla y León, a tan sólo 16 segundos del murciano Alejandro Valverde, sin duda, el corredor más completo del mundo y serio candidato a ganar dentro de unas semanas el Giro de Italia.

Ya lo venía demostrando en las jornadas anteriores: primero entrando en el grupo de escogidos en la meta de Bragança y el sábado, en Fermoselle, tirando de los perseguidores de Valverde a lo largo del puerto final y entrando en la meta junto a ellos.

Ayer era su gran oportunidad, la que no tuvo al suspenderse la etapa reina de la Tirreno-Adriático: un puerto largo y exigente, como le gustan a él, perfecto para subir a ritmo e ir descolgando rivales poco a poco. Pero los principiantes tienen que pagar un canon y es el de trabajar para sus compañeros.

Ayer Rosón estaba al servicio de Peilo Bilbao, Carlos Barbero y David Arroyo en el puerto de la Plataforma de Candelario de unos nueve kilómetros de largo. Era el benjamín en un grupo de corredores muy contrastados, y como tal fue el encargado de emplearse a fondo para intentar lo que parecía y fue finalmente imposible, detener a Valverde.

El mismo lo intentó en el tramo final, apretó muy fuerte y dejó al resto de corredores, sabedor de que Valverde era ya el vencedor final de la Vuelta porque Betancur se había quedado atrás. Pero el campeón murciano, como todos los grandes corredores, no da ninguna opción a sus enemigos, se fue a por él, y le superaba a falta de 400 metros para la meta. Rosón no se vino abajo y apretó de nuevo los dientes para entrar en la meta en una brillante quinta posición, a solo 16 segundos del líder del Movistar, y pegado a sus compañeros Bilbao y Arroyo.

El zamorano alcanzaba así su mejor resultado desde que milita en el Caja Rural y se proclamaba además primer corredor castellano y leonés, maillot que había vestido su compañero Barbero en las jornadas anteriores, cuarto español y vencedor también en la clasificación por equipos con el Caja Rural que desbancó en la última jornada al superpotente Movistar.

El colofón de la Vuelta a Castilla y León llegó ayer, con la disputa de la etapa reina con salida en Salamanca y llegada en La Plataforma, puerto inédito para el ciclismo, de primera categoría en el entorno de Candelario. El recorrido de 161 kilómetros fue exigente, ya que se subieron los puertos de Valero y Cristóbal en la Sierra de Francia, además del alto de Los Pollos en dos ocasiones antes de la ascensión final a La Plataforma, incluidos los dos pasos por el empedrado de Candelario. Centenares de aficionados se congregaron en la Sierra de Béjar para dar el empujón anímico a los corredores en la etapa más dura de la Vuelta.

Como estaba previsto, todo se decidió en el Alto de la Plataforma, puerto de primera categoría de 10 kilómetros de ascensión con porcentaje medio del 7,7%. En las primeras rampas el pelotón dio caza a los cuatro corredores fugados hasta ese momento (Nano Grijalba, Gavin, Ezquerra y Lluis Mas). Movistar asumió los galones para catapultar a Valverde hacia el triunfo de la etapa reina. Su explosividad le llevó en primer lugar a la línea de meta. Allí levantó los brazos por segunda vez en esta Vuelta a Castilla y León tras su victoria del sábado en Fermoselle.

Alejandro Valverde también consiguió enfundarse los maillots de la Regularidad y de la Combinada.