A la primera oportunidad, disculpas. Cristiano Ronaldo aseguró ayer a sus compañeros que no se siente superior a ellos y que el revuelo causado por sus palabras tras el partido contra el Atlético de Madrid se debía a una malinterpretación. Después de la derrota del pasado sábado Cristiano Ronaldo declaró a los medios de comunicación que "si todos estuviesen a mi nivel estábamos primeros". Su declaración cayó como una bomba. A la vista de la conmoción causada, poco después Ronaldo quiso aclarar que cuando hablaba de nivel se refería a nivel físico, para tratar de quitar hierro a sus palabras.

Pero el mal estaba hecho. Las palabras de Ronaldo no sentaron nada bien en un vestuario que está más en el ojo del huracán que nunca por los resultados adversos, hasta el punto de que sólo le queda agarrarse a la Liga de Campeones. De la línea de la maltinterpretación, de echar la culpa al mensajero, tiró ayer Ronaldo cuando se encontró en el vestuario con la plantilla del Madrid, que de alguna forma esperaba sus explicaciones. En principio conocedores de la situación del vestuario blanco hablan de puertas afuera que el asunto está cerrado porque nadie quiere hacer sangre en un momento tan delicado.

A la vista del incendio causado, Ronaldo, parece ser que aconsejado por su agente, Jorge Mendes, ya tuvo la precaución de llamar a Sergio Ramos el domingo para explicar sus palabras. Ramos se mostró comprensivo con el portugués y ayer fue éste el que dió la cara ante el resto de la plantilla.

Por otro lado, ayer se conoció que Karim Benzema sufre una "lesión muscular en el bíceps femoral derecho", según el parte médico emitido por el club blanco. Benzema, que jugó la primera mitad del derbi el pasado sábado ante el Atlético de Madrid, fue sometido a las pertinentes pruebas en el Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, que detectaron dicha dolencia.

Aunque en el parte se especifica, como es habitual, que el jugador queda "pendiente de evolución", Benzema podría estar alejado de los terrenos de juego unas tres semanas.

Todo un contratiempo para el equipo que dirige su compatriota Zinedine Zidane, que pierde para prácticamente un mes a uno de los jugadores que estaba completando una mejor campaña y que, con 19 dianas, es tercero en la clasificación de artilleros de la Liga BBVA tras el uruguayo Luis Suárez (Barcelona) y su compañero Cristiano.

Benzema, que había sido duda antes del derbi tras perderse por unos problemas en la cadera la visita previa a La Rosaleda, no estará en un mes intenso para el cuadro blanco, que tratará de recuperarse en la Liga y, con el Barcelona ya a 12 puntos, intentará volver a la lucha por la segunda plaza, así como certificar su clasificación para los cuartos de final de la Liga de Campeones tras haber vencido en el Olímpico al Roma (0-2).

La plantilla blanca comenzó a preparar este lunes la visita del miércoles al Levante, colista, con una sesión en la que participaron Borja Mayoral, que relevó a Benzema en el derbi, el noruego Martin Odegaard y Marcos Llorente.

Zidane acudirá al Ciudad de Valencia con la zaga en cuadro debido a las bajas por sanción de Ramos y Carvajal, que se unen a la ausencia segura de Marcelo, también lesionado, mientras que el portugués Pepe, tras un largo periodo fuera, está sin ritmo por no haber reaparecido, y el propio Álvaro Arbeloa hizo trabajo extra el domingo para ver si podía estar al menos en la convocatoria.