Hubo un momento durante la semana pasada en el que Denis Chéryshev podía haber tumbado de la Copa al Madrid y a los Guays. Pero no. Quedó la cosa en choteo cuando el exmadridista ("recedido") se puso a calentar por banda y la gente le coreaba canciones de amor. El choteo seguirá ad eternum desde su origen en Cádiz, cuando cantaban a Benítez: "¡Benítez, mira el Twitter!". Una ocurrencia más esta de ceder a un jugador a un equipo que aún está en la Copa.

Un guionista de "Al Palo", el número 5, se imaginó otro choteo peor si el Valencia hubiera llegado a la final (parece más bien que no va ser en ningún caso) y Denis metiera el gol que daba el torneo al equipo che. El choteo, entonces hacia Florentino (que lo están esperando con las armas cargadas y a la espera de tener luz verde), hubiera sido inmisericorde.

Mientras todas estas coñas se suceden en el club de Concha Espina, el modelo guay sigue desfilando por los juzgados, arreglando pequeños asuntos millonarios ante la justicia. Pero no son hechos considerados por la afición de igual modo que estos vaivenes madridistas. ¡Grandeza obliga! Hasta aquí los párrafos del sainete madridista y la incontestable moral y ética de los guays.

El equipo de guionistas de "Al palo" ha decidido, a propuesta del número 4, aparcar el partido de ayer en Granada porque es partido de análisis profundo; de hacer consultas a los grandes pensadores de la observación "futbolera". Hasta que no salga un tratado sobre estos encuentros vamos a dejarlo en cuarentena y entrar en lo mollar, que es la Liga de Campeones. Ya se dijo en esta tribuna que era la última bala de Zidane y "la muchachada" del Bernabéu. Así que todos los fieles al club ya hace mucho que quieren jugársela con ese disparo. Es lo que hay. Y lo que viene es la Roma con sus cañones brillantes y a punto. Ya se sabe que los equipos italianos, aunque con menor talento que en Calcios ochenteros, siempre disponen de jugadores deslumbrantes y alineaciones que venden muy cara su caída en competiciones del KO. Así pues, menos preparativos y máxima concentración para la gran competición europea. O sea, la competición del Madrid, el mismo equipo en el que se inspiró Queen para cantar "We are the champions". Como decía el nene: "papá, están poniendo el himno del Madrid otra vez". Era un bis de un concierto de la banda de Freddie Mercury en Wembley.