Alejandro González y Alma de las Heras fueron el pasado jueves los ganadores de la última cita deportiva que se disputó en Zamora en 2015. Los vencedores de una nueva edición de la San Silvestre que se celebró en la capital con una alta participación cercana a las 2.000 personas y que contó con la presencia de múltiples espectadores y familiares.

La Plaza Mayor de Zamora volvió a ser el centro neurálgico del trazado ya tradicional que presenta la prueba organizada por el Club Deportivo Atletismo Zamora. Un lugar de encuentro que congregó a numerosos aficionados al deporte de todas las edades en una tarde perfecta para la práctica del atletismo ya que, en esta ocasión, la temperatura fue más agradable que en años anteriores y el cielo soleado imperó durante toda la prueba.

Con puntualidad casi inglesa, mientras los atletas senior calentaban con y sin disfraces y se hacían las fotos típicas de recuerdo antes de enfrentarse a los 3.600 metros del trazado establecido, la San Silvestre arrancaba con la disputa de la carrera en categorías inferiores. Así, los chupetines, acompañados de sus familiares y sus cámaras, tomaron la meta como salida y fueron los primeros en correr por una Plaza Mayor en la que benjamines y alevines también disfrutaron de su particular recorrido sin graves incidencias y bajo la atenta guardia de Cruz Roja y Protección Civil.

Las categorías inferiores desarrollaron su actividad con agilidad. Ni media hora duró la intervención de los más jóvenes en una Plaza Mayor cuyas inmediaciones se fue llenando de colorido a medida que los atletas federados y no federados, que disfraces y camisetas naranjas, poblaban tanto las calles anexas al punto de partida de la San Silvestre como los lugares delimitados por las vallas que marcaban el paso por el epicentro del circuito. Un auténtico lienzo humano de cromatismo expresionista que se volvió un brillante cuadro puntillista cuando todos los atletas se colocaron detrás de la línea de salida para dar comienzo a la última carrera de 2015.

La despedida deportiva de 2015 se inició poco antes de que el reloj del Ayuntamiento de Zamora marcara las 17:30 horas y lo hizo por sorpresa, segundos después de que se anunciara por megafonía la falta de un último minuto para tomar puestos antes de escuchar el tradicional disparo que marca su comienzo. Una anécdota dentro de la buena organización con la que contó el evento y que no pilló fuera de sitio ni a los cientos de zamoranos que acudieron a divertirse ni a los atletas lucharían por el triunfo.

Una vez más, cientos y cientos de zamoranos abandonaron la Plaza Mayor en dirección a la zona centro. De nuevo, con los candidatos a la lucha por el triunfo situados al frente de una serpiente multicolor en la que los llamativos atuendos de algunos corredores centraban la atención de los espectadores. Especialmente de los más jóvenes que, para su divertimento y gracias al diseño del circuito (en forma de ocho) pudieron disfrutar de las más originales vestimentas hasta en tres ocasiones. Aunque, como era de esperar, ninguno de los disfrazados atletas ocupó las primeras posiciones de la carrera.

Nuevamente las uvas y botellas de champagne, los superhéroes como Batman, Ironman o Superman, las vacas, los presos, los guardias civiles, los vikingos e incluso un Power Ranger quedaron muy alejados de la disputa por la victoria. Así quedó claro cuando, a mitad de recorrido, la cabeza de la prueba volvía hacer presencia en la Plaza Mayor apenas 4 minutos y 40 segundos después de su partida. Un paso medio al que Alejandro González, Fernando Lorenzo y Diego Bravo llegaron prácticamente a la vez, siendo los tres máximos candidatos al triunfo final. Un trío al que fue siguiendo un constante goteo de atletas, todos realizando buenas marcas, y que sacaban una buena ventaja al resto del interminable pelotón que brindo un gran espectáculo al público presente.

Por segundo año consecutivo, Alejandro González y Fernando Lorenzo luchaban codo con codo y a alta velocidad por hacerse con el último triunfo del año. Una pelea entre dos habituales al podio de la San Silvestre en la que también había entrado Diego Bravo y que no se resolvió con tanta claridad como en ediciones anteriores.

El momento decisivo de la prueba tuvo lugar ante los ojos de Viriato. Metros antes de pasar por el Ramos Carrión, Alejandro González lanzó un ataque en busca de conseguir su segundo triunfo consecutivo el 31 de diciembre. Un movimiento al que respondieron bien tanto Lorenzo como Bravo, quien había atacado segundos antes, haciendo del último tramo del circuito toda una carrera de velocidad.

El desenlace no pudo ser más igualado. A González las piernas no le respondieron del todo bien y encaró el giro del Merlú más fatigado que sus rivales, por lo que la ventaja que había logrado instantes antes quedó prácticamente en nada cuando cruzó la meta junto a Lorenzo y Bravo. Eso sí, al joven Alejandro ese postrero y titánico esfuerzo le valió la victoria, aunque fuera por escasa diferencia, sobre sus dos perseguidores a los que se abrazó una vez sobrepasada la línea de meta. Un final tan aplaudido como el paso de los primeros disfraces por la Plaza Mayor.

También fue recibida con una ovación Alma de las Heras, brillante campeona femenina, que lideró la prueba prácticamente desde el principio y fue progresivamente aumentando su ventaja sobre el resto de rivales.

Tras los campeones, no tardó mucho tiempo en cumplir con los 3.600 metros el resto de corredores. Cada uno a su ritmo, buscando cumplir con sus objetivos y celebrando el final de 2015 y recibiendo con alegría y buen ambiente al olímpico año 2016.