El Madrid vuelve a vivir otra semana muy dura. Todavía está muy reciente el sufrimiento de la terrible derrota con el Barcelona en el Santiago Bernabeu cuando de nuevo el equipo y sus seguidores tratan de asimilar el último mazazo recibido, el de la derrota del domingo ante el Villarreal.

Después del repaso del Barcelona el Madrid encadenó una victoria tras otra. Ganó al Shakthar en Donetsk, también al Eibar y al Cádiz fuera, así como al Getafe y al Malmoe en casa, pero una nueva piedra de toque como suponía el Villarreal se le atragantó al equipo blanco. Una vez más.

"Estamos mejor de lo que la gente piensa", dijo Benítez hace un par de semanas. El domingo era la gran oportunidad de contrastar la veracidad de tal afirmación. La realidad desmintió por completo a Benítez. Lo curioso es que los propios jugadores y el entrenador reconocieron en las declaraciones post partido que no sabían lo que les había pasado en el primer tiempo.

El Madrid cosechó un fracaso rotundo en la primera parte, con una actuación totalmente desvaída, sin orden ni concierto. El Villarreal le pasó por encima en juego aunque no tanto en el marcador.

El equipo del asturiano Marcelino dejó vivo en cierta forma al Madrid y a punto estuvo de costarle muy caro puesto que los blancos salieron en el segundo tiempo a arreglar el desaguisado. Quizás su propio interés por dar otra imagen se lo impidió, pues la precipitación no ayuda para nada a que el punto de mira esté fino.

El Madrid lamenta una gran oportunidad perdida de acercarse al liderato, después de que el Barcelona fallase por segunda semana consecutiva, con un nuevo empate. No es que tenga perdida la Liga ni mucho menos -ni se ha llegado al ecuador de la competición- pero los síntomas son alarmantes.

Los números son también demoledores para la causa de Benítez y sus defensores. Hace ocho años que el Madrid no suma tan pocos puntos en la Liga, hablando por supuesto siempre del mismo número de jornadas, y diez que no marca tan pocos goles.

El fracaso en Villarreal es también el fracaso de Cristiano Ronaldo, que como es habitual se quedó sin marcar ante un rival al menos algo por encima de la media. El portugués lleva 21 goles esta temporada. De ellos, 16 al Espanyol. Shakhtar y Malmoe. Ninguno por ejemplo al Barcelona, como tampoco al Atlético, Sevilla o Villarreal.