Con un sabor menos amargo a la vivida hace quince días en el Ángel Nieto pero igual de dolorosa. Así resultó la derrota encajada ayer por el FS Zamora frente al P. Romero Cartagena, quien se impuso por 2-4 en un encuentro que volvió a reflejar la irregularidad de los hombres de Eloy Alonso sobre la pista.

Como ocurriera ante el Hércules San Vicente, el FS Zamora mostró ayer dos caras bien diferentes antes y después del descanso. Una basada en un buen fútbol sala, subiéndose a las barbas de un muy buen equipo como es el murciano, y otra en la que encadenó demasiados fallos como para poder sumar algún punto frente a este tipo de adversario.

El guión fue similar pero no se trató de una reposición. Si frente a los alicantinos el primer acto del cuadro rojiblanco fue soberbia, ayer los chicos de Eloy Alonso hicieron sus peores minutos en este tramo.

No tardó mucho en verse que la intensa y alta presión visitante causaría problemas a la circulación de balón zamorana. Los cartageneros llevaban el peso del partido y lo hacían con comodidad ante un FS Zamora con apuros para progresar y defender.

El P. Romero Cartagena mandaba en pista y solo necesitaba de una jugada adecuada para reflejarlo en el marcador. Un detonante que se produjo a los cuatro minutos de juego cuando Sergio, en un dos contra uno, perdió el balón. Robo y salida apresurada de Gómez para que Pedreño anotara a placer.

El gol no hizo reaccionar a los zamoranos. Más bien todo lo contrario, asentó aún más el juego de los murcianos, cuya amplitud y dinamismo era difícil de detener. Los cartageneros usaban toda la pista y mareaban a los rojiblancos. Como en el 0-2, en el que Fernández recibió un pase perpendicular a portería desde su propio campo y a la carrera chutaba cruzado batiendo a Gómez.

El duelo se ponía cuesta arriba para un FS Zamora poco coordinado en sus labores defensivas, y sin embargo, tuvo la posibilidad de remontar prácticamente en sus manos en los siguientes minutos. Logró recortar diferencias con un lejano puntapié de Pichi recogiendo el rechace de una intentona de Abraham y, a los once minutos, Velasco se inventó una maravillosa jugada que pudo ser el 2-2. Sin embargo, su gambeteo acabó en un pase sin rematador ante una portería vacía.

Con 1-2 y generando mayor sensación de peligro, los de Eloy Alonso metieron el miedo en el cuerpo al P. Romero Cartagena. Vacilación que, sin embargo, duró apenas unos segundo. Y es que, en un contragolpe, el visitante Dani Gómez tuvo la fortuna de ver como su forzado disparo era desviado sorprendiendo a Gómez quien, atrapó el balón sobre la línea. Una parada que el árbitro no consideró suficiente, haciendo subir el 1-3 al luminoso.

Este gol desarmó la reacción zamorana y, en otro contragolpe, Rahalí aumentaba la renta murciana a tres tantos. Una ventaja que provocó cierto relax en las filas visitantes. Circunstancia que aprovecharon los zamoranos para probar fortuna en un arreón que tuvo como premio un claro penalti a falta de dos minutos para el descanso. Una oportunidad pintiparada que Velasco no supo transformar en gol.

Después de tantos fallos, la segunda parte se presentaba como un trámite pero cerca estuvo de no serlo. Cual Doctor Jeckyll, el FS Zamora cambió su identidad y se convirtió en un conjunto voraz, decidido y más intenso. Con un carácter que le permitió maniatar a su rival y gozar de ocasiones para remontar la contienda.

P. Romero Cartagena se fue apagando con el paso de los minutos y se basó en un juego al pivote bien defendido por el cuadro rojiblanco. Plantel que encontró premio a su esfuerzo en el gol de Abraham en el minuto 27 cuando su disparo cruzado perforó la escuadra visitante. Pero fue demasiado tarde.

El resto de ocasiones no fueron claras y la defensa cartagenera las supo evitar. Incluso apostando con el portero jugador durante los últimos cuatro minutos, el FS Zamora no encontró la velocidad necesaria para generar el resquicio obligado en la zaga adversaria con el que volver a dar vida al partido. Un encuentro que demostró, una vez más, que la falta de regularidad es hoy por hoy el punto débil de este FS Zamora con dos caras bien distintas.