Quedamos a la espera de que cambie el rollo. Los grandes analistas (de la capital), los árbitros y la moneda los tiene en contra el Madrid. Los palos (los seis) se hacen grandes porteros ante los blancos. Súmense la caraja entre los nuestros, una siesta de mucho cuidado. No puede ser (pero es) que cada vez que llegue a puerta el contrario, sea quien sea, nos claven un gol. Fallos masivos en defensa. A gol por llegada nunca saldrán las cuentas.

Hay otra posibilidad: que estemos jugando al engaño para ganar la final de Berlín (ante el Bayern). Engañando, engañando algo se va cosechando.

Hay una variante más: que Carlo, el único entrenador que sabe de qué va esto del fútbol (muy a pesar de los tácticos teóricos del equipo guay disfrazados de madridistas que andan por ahí sueltos a la caza de la presa), quiera ser el primer entrenador que gane dos Ligas de Campeones y agrandar su leyenda.

Queda algún que otro recurso: recortar los cuatro puntos (gracias al Atleti y un empate suelto, como un verso). Pero tampoco hay que hacer gasto por la Liga, que es un torneo menor para el Madrid (ahora es cuando toca quitar galones a estos títulos).

También puede ser que salgamos con el "Castilla Z" ante la Juve para llegar a la final de Berlín (ante el Bayern, o así) con las fuerzas (a secas) intactas.

Finalmente, vamos a lo nuestro: la táctica de la semana; la que van aconsejando unos y otros. Vi una que, creo, es la ideal: un 1-2-1-1-5. De tal modo, explicó el táctico disfrazado de madridista, que los dos extremos de los cinco de adelante hagan el trapecio lateral, que consiste en bajar sin que se entere el delantero de ellos; y subir cuando el defensa contrario está ayudando a su delantero. Le llaman el ballet de "adelante atrás", que es como el "foxtrot", pero sin música.

Lo mejor de todo esto es que, tras el desastre, al equipo de guionista de "Al palo" (unas doce personas en la actualidad), le comenzó a saludar y "guasapear" el sábado mucha gente. ¡Gracias, amigos! Pero igual os adelantáis. Queda mucha hierba que cortar y mucha saliva que tragar para unos y otros. Más para unos que para otros.