El Gran Premio de China de Fórmula 1, que se disputará este fin de semana en el circuito de Shanghái, demostrará si, tras su primera victoria en casi dos años de la mano de Sebastian Vettel, Ferrari ha renacido de verdad frente a Mercedes, y si el McLaren de Fernando Alonso ofrece mejores prestaciones.

La victoria del alemán hace dos semanas en Sepang (Malasia), la segunda escala del campeonato, fue la primera de Ferrari en 686 días, desde la que consiguió Alonso (hoy en McLaren) el 12 de mayo de 2013, en el Gran Premio de España.

El asturiano, que no compitió en Melbourne (Australia) porque se recuperaba de su accidente del pasado 22 de febrero en las pruebas previas al inicio de la temporada en Montmeló (España), y que tuvo que retirarse en Sepang por problemas técnicos, aspira al menos a empezar a puntuar en China, si responde su monoplaza MP4-30.

Entretanto, en su antigua escudería italiana, de la que Alonso salió tras sus dificultades de los últimos años para ponerle en las manos un monoplaza competitivo, Vettel parece estar empezando a encabezar ahora el renacimiento tan esperado en Maranello, con sus dos podios de 2015 (tercero en Melbourne, primero en Sepang).

Con todo, Vettel reconoció que en Malasia el calor fue determinante para poder superar a los Mercedes del británico Lewis Hamilton, actual campeón mundial, que acabó ese Gran Premio segundo, y su compañero alemán Nico Rosberg, que fue tercero.

"Creo que ellos probablemente han sufrido por el calor más de lo esperado, mientras que nosotros no lo hemos pasado tan mal como se podía prever. Ambos factores nos han permitido ganar", dijo entonces Vettel, aunque ya vaticinó que, con las frescas temperaturas primaverales de Shanghái, los Mercedes "volverán a ser fuertes".

En efecto, Hamilton suma ya cinco podios consecutivos en el circuito chino (donde ganó en 2008, 2011 y 2014), y Rosberg también firmó allí su primera victoria en la fórmula 1 en 2012, mientras Ferrari, salvando el triunfo de Alonso de 2013, ganó allí ya en 2007 (Räikkönen), además de en 2006 (Schumacher) y 2004 (Barrichello).

Las condiciones climáticas tampoco favorecerán a Alonso y a su compañero británico Jenson Button (McLaren), ya que las temperaturas frescas y el probable viento esperables en Shanghái en esta época del año dificultan el calentamiento de los neumáticos, y un clima más caluroso, como el de Malasia, les sería más favorable.

Irónicamente ambos pilotos tuvieron que retirarse en la etapa anterior, Alonso por un problema con la refrigeración del sistema de recuperación de energía (ERS) y Button por una avería en el turbo, mientras Shanghái, con dos de las rectas más largas del mundo, será muy exigente para sus unidades de potencia, que están mejorando.

Con todo, para Alonso, históricamente, Shanghái no es un mal circuito, ya que ganó allí por primera vez con Renault el Gran Premio de China en 2005, el año en que logró el primero de sus dos campeonatos mundiales, y repitió esa victoria en 2012 con Ferrari.

Mejor van las cosas para el antiguo compañero de Alonso en aquel equipo, el brasileño Felipe Massa (Williams), que va cuarto en la clasificación general -tras acabar cuarto en Australia y sexto en Malasia-, seguido por el finés Kimi Räikkönen (Ferrari) y su compatriota carioca Felipe Nasr (Sauber).

A 13 puntos de Rosberg y 20 de Vettel, no parece fácil que Massa pueda subir entre los tres primeros en Shanghái, aunque junto a su compañero finlandés Valtteri Bottas han puesto a Williams como tercer mejor constructor al comienzo de la temporada.

El también español Carlos Sainz (hijo del bicampeón mundial de rallys de mismo nombre), que se estrena este año en la Fórmula Uno, va undécimo en la general, tras un noveno y un octavo puesto en las dos primeras citas del año.

El Gran Premio de China se disputará este domingo, día 12, a las dos de la tarde hora local (8 horas CET, 7 horas GMT), en un circuito de 5.451 metros, al que se darán 56 vueltas, con un total de 305,256 kilómetros.

El circuito chino, que cuenta con un trazado muy amplio, con curvas muy cerradas y varias de las rectas más largas del campeonato, incluida la mayor, de 1,17 kilómetros, imita la forma de la palabra china "shang" ("subir", o "junto a"), primera parte del nombre de Shanghái ("Junto al Mar" en mandarín).