La selección española de balonmano afronta el Campeonato del Mundo que arranca hoy en Doha con el objetivo de revalidar el título mundial que conquistó hace dos años en Barcelona, un reto que tan solo la todopoderosa Francia, oro en 2009 y 2011, ha logrado en los últimos cuarenta años. Para ello, el conjunto español confía en la madurez y la fiabilidad de un grupo que desde el año 2011, con la excepción de los Juegos Olímpicos de Londres, en los que cayó apeada en los cuartos tras caer ante Francia con un gol en el último segundo, no ha faltado nunca a las semifinales de un gran campeonato internacional.

Los "hispanos" volverán a sustentar en Catar sus aspiraciones al podio en una sólida defensa, punto de partida de un efectivo y vertiginoso juego de contragolpe, así como en un elaborado ataque posicional en el que los jugadores de segunda línea desempeñan un papel fundamental.

En especial, el pivote Julen Aginagalde, indudable número uno mundial en su posición, que como demostró en el Memorial Domingo Bárcenas disputado la pasada semana en Oviedo parece perfectamente recuperado de la lesión en las costillas que le ha impedido jugar con regularidad en los últimos dos meses.

Todo un alivio para el seleccionador español Manolo Cadenas que, no obstante, se ha querido proteger de cualquier contratiempo con la inclusión del pivote Juan Andreu, que ya dio un gran rendimiento el pasado año en el Europeo de Dinamarca, en el que España fue bronce.

Aunque si decisiva se antoja la labor de Aginagalde, no menos importante se presume la actuación del central Joan Cañellas, que parece haber alcanzado el punto de madurez en su juego para competir con los Karabatic, Hansen y Duvnjak por el título de mejor jugador del Mundial.

Cañellas, que alternará la posición de central con la de lateral izquierdo, conformará una excepcional tripleta de directores junto con Raúl Entrerríos y Chema Rodríguez, que tras largo tiempo de la selección, ha regresado al equipo con la efervescencia que ya le convirtió hace una década en una pieza capital en la conquista del Mundial de Túnez.