Cristiano Ronaldo, delantero del Real Madrid y candidato a obtener el Balón de Oro el próximo lunes, recibió este sábado una buena dosis de cariño de la afición madridista, que pitó a su compañero Gareth Bale cuando éste volvió a pecar de individualista en una acción que el portugués pudo haber materializado frente al Espanyol.

A dos días para que se conozca el nombre del ganador del nuevo Balón de Oro, Cristiano Ronaldo, máximo favorito para obtener el galardón, volvió a la titularidad después de descansar en el banquillo frente al Atlético de Madrid en la Copa del Rey el pasado miércoles.

Antes de que el balón se pusiera a rodar, Cristiano pudo ofrecer a sus aficionados, junto a sus compañeros de equipo, el título conquistado hace menos de un mes en Marrakech en el Mundial de Clubes, una competición en la que no llegó a marcar en los dos partidos que su equipo disputó frente al Cruz Azul mexicano y el San Lorenzo de Almagro argentino.

Esa racha de dos partidos sin marcar, unida a los dos de Supercopa de España frente al Atlético del pasado mes de agosto, se igualó ante el Espanyol como la más negativa de su registro goleador de la presente campaña, lo que da muestras de lo determinante que es el portugués para este Real Madrid de Carlo Ancelotti.

Frente al conjunto barcelonés, Cristiano, con las ganas de siempre pero con la pólvora mojada, comandó el apartado ofensivo del conjunto madridista junto a sus socios atacantes, el francés Karim Benzema y el galés Gareth Bale. Precisamente, de las botas de éste último salió la jugada que supuso el primer gol del partido.

Bale cambió el sentido del juego desde el costado derecho en vertical y Cristiano, a la primera y hacia atrás, dejó un balón muerto a la carrera para que el colombiano James Rodríguez abriera el marcador.

Era el minuto 10 y el Real Madrid, con el marcador a favor, comenzó a jugar sin las urgencias por marcar pero con la ansiedad que su trío atacante suele tener por marcar la mayor cantidad de goles posible, pulverizar récords y destrozar a sus rivales.

Plantillazo en el gemelo y susto

A los 30 minutos, la afición madridista se echó las manos a la cabeza y se llevó un buen susto cuando Álvaro cometió falta sobre el portugués con un plantillazo en el gemelo izquierdo, esa pierna que ya le ha dado algunas molestias esta temporada.

El portugués, aunque se retorció de dolor y quedó unos minutos tendido en el suelo, se reincorporó al juego sin problemas y volvió a ser el mismo de siempre, ese jugador que pide el balón, que no se arruga y que siempre quiere ser protagonista, aunque hoy la tarde no era para él.

En la segunda parte, al protestar una acción en la que su compañero Fabio Coentrao acabó expulsado, Cristiano vio su tercera amarilla liguera, cuarta de la temporada contando la que recibió el 22 de agosto en la Supercopa de España frente al Atlético.

Lo más relevante del partido ocurrió en el minuto 71, cuando Bale recibió un pase de Isco, ganó metros sobre el área rival y, ante la salida de Kiko Casilla, cruzó su disparo, que se marchó fuera por poco.

El enfado de Cristiano, que corría en paralelo a él y estaba solo para rematar un posible pase horizontal, fue mayúsculo. El público mostró su opinión ante el error de Bale y se posicionó del lado del portugués, silbando al galés en las siguientes dos acciones.

De nuevo un enfado de Cristiano con Bale tras el protagonizado la pasada jornada en Valencia, cuando el Real Madrid perdió en Mestalla y el galés volvió a pecar de individualista en una jugada clara de gol que el portugués podía haber convertido.

Los propios compañeros, viendo las ganas de Cristiano por celebrar su primer gol del año en el Bernabéu, le buscaron incesantemente en los minutos finales, pero hoy no era su día.

Al final, victoria cómoda del Real Madrid en un partido plácido para el conjunto blanco y Cristiano, que no se llevó como premio un gol, sí recibió una buena dosis de cariño de una afición que lo idolatra.