Extramotivado por vivir su primera noche en el Camp Nou, el uruguayo Luis Suárez vivió un debut amargo en la que es su nueva casa, en un partido en el que no encontró su innata puntería para evitar la sorprendente derrota del Barcelona (0-1) ante el Celta.

El equipo azulgrana encadenó la segunda derrota consecutiva en la Liga, un contratiempo que, casualidades del calendario y del mal momento por el que pasan los de Luis Enrique, ha coincidido con el regreso del internacional 'charrúa' después de cumplir la sanción de la FIFA.

Suárez jugó sus primeros 90 minutos completos con su nuevo equipo. Su reaparición coincide en el primer bache importante de la era Luis Enrique que, tras sumar un inicio ilusionante, ha cosechado dos derrotas consecutivas ante Real Madrid y Celta. En el día que más lo necesitaba él y el Barcelona, al uruguayo solo le faltó marcar.

No fue la noche del exdelantero del Liverpool de cara a portería, ya que si bien se mostró muy activo durante todo el partido, no encontró el camino del gol y demostró que aun tiene mucho margen de mejora para encajar en los esquemas de su nuevo equipo.

Como ya pasó en el Santiago Bernabéu, Luis Enrique lo situó de inicio en el vértice derecho, lejos del área, pero con muchísima movilidad para trazar diagonales y combinar con Leo Messi, amo y señor en la posición de 'falso nueve'.

Voluntarioso en la presión y generoso en el desmarque, le costó al uruguayo buscar la portería de Sergio. De hecho, su primer disparo no llegó hasta el minuto 41, cuando en una transición vertical Neymar lo habilitó en el borde del área y probó suerte con un tiro demasiado mordido que atajó sin problemas el guardameta.

Conoció de primera mano el Camp Nou que el fichaje estrella del verano es un hombre muy expresivo. Alza los brazos para pedir balones, rechista siempre que comete algún error y no duda en parlamentar con sus compañeros para consultar cualquier detalle.

Tras la reanudación, se evidenció que aun está falto de ritmo de competición, si bien su actitud luchadora paliaba las deficiencias físicas lógicas después de cuatro meses de inactividad.

Tras el gol de Larrivey, Luis Enrique dio entrada a Xavi y Pedro, de manera que Messi pasó a jugar de volante. Con este cambio Suárez pasó a ocupar la punta de ataque y se vieron sus mejores minutos con dos ocasiones clarísimas de gol que no consiguió culminar.