At. Madrid: Courtois; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe Luis; Koke (Oliver m. 69), Gabi, Tiago, Raúl García (Adrián m. 71); Villa (Arda Turan m. 65) y Diego Costa.

Almería: Esteban; Rafita, Trujillo, Pellerano (Marcelo Silva m. 46), Christian; Aleix Vidal, Verza, Tebar (Corona m. 64), Suso; Soriano (Helder Barbosa m. 67) y Rodri.

Goles: 1-0: m.15, Villa. 2-0: m.36, Diego Costa, de penalti. 2-1: m. 40, Rodri. 3-1: m. 63, Tiago. 4-1: m. 67, Koke. 4-2: m.89, Aleix Vidal.

Arbitro: González González (Colegio Castellano Leonés). Enseñó cartulina amarilla a Trujillo, Perellano, Tebar, Filipe Luis y Raúl García.

Cuatro de cuatro. El Atlético está pletórico. Volvió a demostrarlo ante el Almería, al que castigó con una goleada (4-2) que confirma su estado de forma. Un triunfo que añade a los tres anteriores para rubricar un arranque feroz que le confirma en la cima de la liga. El Almería desplegó muchos efectivos en el centro del campo, a la espera de las evoluciones locales, y dejó sólo en ataque a su goleador Rodri. Y le costó tiempo al Atlético eludir la maraña de enemigos en la parcela ancha del terreno de juego. Un cuarto de hora estuvieron los de Simeone sin resolver, hasta que apareció David Villa para firmar un golazo. Juanfran se internó por la banda derecha, centró al área, tocó de cabeza Raúl García y el esférico llegó al asturiano, que de espectacular volea con la zurda batió a Esteban, con 38 años el cancerbero más veterano de la liga BBVA.

El delantero anotó su segundo tanto en liga y el tercero con su nueva camiseta (le hizo uno al Barcelona en la Supercopa). El Guaje se ha ganado a su nueva afición, que espera de él la misma efectividad que ofrecía el colombiano Radamel Falcao. Con Villa, el Atlético tiene asegurado el gol y la hinchada un motivo para disfrutar un año más. La diana despertó al grupo de Simeone, que enlazó en los siguientes minutos varias ocasiones gracias al desparpajo del brasileño Costa, otro de los enormes descubrimientos del estratega argentino. Diego está suelto, se siente importante en el engranaje del equipo y es capaz de cualquier cosa, como la jugada que protagonizó en el minuto 21. Enganchó un balón en terreno rojiblanco, avanzó metros con su potente zancada y, tras varios recortes, se plantó delante de Esteban, que despejó su disparo a saque de esquina. O como una chilena en el balcón del área que casi se cuela en la portería almeriense.

Fue el preludio del segundo tanto, transformado por el propio Diego Costa de penalti cometido por Pellerano sobre Filipe Luis sobrepasada la media hora de envite. Un gol que parecía sentenciar el encuentro. Al menos así los sintió la grada, y seguramente también sus futbolistas, que cedieron algo en su ambición, lo que aprovechó Rodri para acortar distancias (2-1) a cinco minutos del descanso. El punta almeriense, que logró su cuarto acierto de la campaña, se aprovechó de un error en el despeje del debutante José María Giménez.

Nada más comenzar la segunda mitad, Koke pudo hacer el tercero, pero su disparo golpeó el travesaño y la circunstancia espoleó a los andaluces, que se ilusionaron con la posibilidad del empate. Intentaron tocar más los pupilos de Francisco, de salir de la cueva, de no sentirse agobiados. Pero fueron intentos vanos, porque el Atlético volvió a la carga. Gabi obligó a Esteban a un paradón con un tiro lejano y un balón de Raúl García rozó el poste derecho del portero.

Pero lo mejor estaba por llegar. Dos goles de pizarra, de laboratorio. Dos tantos que, por su belleza, levantaron al público de sus asientos. El 3-1, de Tiago, tras una falta cerca del semicírculo del área sacada de forma sutil por Gabi hacia el portugués, para que éste se girase con maestría, acomodase el cuero en la bota izquierda y batiese a Esteban. Y el 4-1, de Koke, después de un servicio magistral de Raúl García, con el tacón. Dos golpes geniales que mataron el partido ante el delirio de la tribuna. Pudieron llegar más, pero el Atlético no quiso ensañarse y dio opción a que el Almería maquillase el guarismo (4-2), con el tanto de Aleix Vidal.