Hace ya muchas semanas que el Villaralbo está en una situación crítica, y la actual no es una excepción. Una vez más, los azulones tienen por delante un compromiso vital para sus intereses de salvación y también ante un rival directo, un Almazán de Soria que ahora mismo es el equipo que marca la permanencia. Pase lo que pase hoy a partir de las 16.30 horas, el GCE se mantendrá en puestos de descenso durante las Navidades, pero se situaría a un punto de la zona de tranquilidad y no a cuatro como está en la actualidad, lo que supondría oxígeno.

El partido será a domicilio y la idea de no poder fallar está en la mente de todos los integrantes de la entidad villaralbina, aunque bien es cierto que, tal y como dice su entrenador, «nunca hemos tirado la toalla y no vamos a hacerlo, pase lo que pase. Después del partido en Almazán empieza la segunda vuelta y tenemos tiempo», añadió Manuel Fuentes.

En este sentido, esperan que por fin se produzca el ansiado punto de inflexión en la suerte y el acierto de un equipo que viene de perder ante el Salamanca B (0-2) en el Fernández-García.

Para esta cita, la baja confirmada es la de Alberto, aunque hay otros hombres tocados y que están entre algodones. «Creo que el descanso navideño nos va a venir muy bien a todos porque ha sido una primera vuelta muy dura».

Además de las lesiones, que han sido una constante en el cuadro de Manuel Fuentes, se ha tenido que hacer frente a la marcha de tres jugadores; Miguel, Ferrero y Guillermo que han obligado al club a reforzar el equipo con los fichajes de Vilarchao, Josu y Abraham. Por el momento no está en mente que se produzcan nuevas incorporaciones, aunque tampoco son descartables «si vemos que las necesitamos y si la económica nos lo permite».