Rodrigo Zuloeta

En Alemania no suele hablarse mucho de los árbitros. Sus errores, suele decir Franz Beckenbauer, terminan compensándose a lo largo de una temporada. Sin embargo, Wolfgang Stark, de 43 años e internacional desde 1999, el colegiado que expulsó a Pepe y a Mourinho en la semifinal de la Liga de Campeones en el Santiago Bernabeu entre el Madrid y el Barcelona (abril de 2011), se ha convertido en el personaje de la decimosexta jornada, primero por un error garrafal que decidió la derrota del Borussia Dortmund ante el Wolfsburgo (2-3), y luego por haber reconocido su error públicamente y pedir disculpas por el mismo.

Stark, con fama de arrogante y que hace dos años fue elegido por los jugadores como el «peor» árbitro de la Bundesliga en la encuesta que hace cada temporada la revista «Kicker» (Fútbol), precisamente por sus formas autoritarias e inflexibles, no ha tenido en esta ocasión más remedio que tragarse su orgullo. Un ejercicio de humildad que muy pocos esperaban a pesar de lo evidente de su error. Con el Dortmund dominando 1-0 en el marcador al Wolfsburgo, el colegiado sancionó un penalti y expulsó al defensa local Schmelzer cuando este sacó un balón de la raya de gol con la rodilla.

«En ese momento creí ver con claridad que el jugador había parado el balón con la mano. La repetición en televisión muestra que no fue así. Fue un error de percepción. Me equivoqué y naturalmente lo lamento», dijo ayer Stark en declaraciones difundidas por la plataforma digital Skype.

El penalti significó el empate del Wolfsburgo y dejó además al cuadro local con diez hombres. El entrenador Jürgen Klopp consideró que esa jugada había sido «decisiva. Estábamos dominando el partido y jugando once contra once hubiera habido otro ganador», dijo Klopp a la emisora WDR 2.

Klopp además había pedido a Stark que reconociera su error públicamente, con la esperanza de que eso llevara al menos a que su jugador Schmelzer no sea suspendido.

Stark también fue criticado por el exinternacional Lothar Matthäus o el ex árbitro Markus Merk. Matthäus pidió «una pausa» para Stark por su estado de forma, mientras que Merk comentó la jugada diciendo que «es claro que no había habido penalti, ni razón para una tarjeta roja». «Un árbitro de la máxima categoría debe estar en condiciones de detectar esos detalles», aseguró.

La petición pública de perdón por parte de Stark también encontró respuesta, en esta ocasión positiva. «Wolfgang, me quito el sombrero», dijo Merk. «Sólo quedaba él por ver el error, afortunadamente lo ha hecho», comentó Matthäus.

Al Dortmund el gesto de Stark no le sirve de mucho. El partido ante el Wolfsburgo está perdido puesto que los errores de apreciación no pueden impugnarse. Lo único positivo es que Marcel Schmelzer, como ya ha anunciado el comité disciplinario de la Bundesliga, no será sancionado y podrá jugar la próxima jornada. «El árbitro ha admitido un error, por eso no se abrirá un proceso para sancionar a Marcel Schmelzer», dijo un portavoz de la Federación Alemana de Fútbol.