«¿Quién es ese?». José Mourinho utilizó una vieja artimaña de su repertorio para hacer de menos al «Mono» Burgos. El técnico del Madrid afirmó desconocer quién era el segundo entrenador del Atlético en la rueda de prensa anterior al partido de Liga de Campeones. Al instante, todo el mundo recordó su polémica con Tito Vilanova al comienzo de la campaña pasada, con el incidente del dedo en el ojo. «¿Pito? ¿Quién es ese?», se preguntó entonces el técnico.

El sistema de la ignorancia también fue usado en alguna ocasión en la Liga italiana, pero su origen viene de antes. Cuando Mourinho era segundo entrenador del Barcelona tuvo sus más y sus menos con el banquillo local de San Mamés. Al expresivo Luis Fernández se le preguntó entonces por la discusión a pie de campo. «Yo hablo con el señor Robson, al segundo no le conozco y no sé quién es ni de dónde viene», expresó el francés. El desprecio le llegó a Mourinho.

Si algo ha caracterizado la carrera del portugués en los banquillos es su capacidad para granjearse enemigos. Lo hizo en Portugal, Inglaterra e Italia y ha repetido en España. Pero en la mayoría de los casos, los enfrentamientos de Mourinho no han sido tan sutiles como con el Mono Burgos. «A Wenger le gusta mirar lo que hacen otras personas. Es lo que aquí llaman voyeur», dijo sobre el entrenador del Arsenal en uno de sus ataques más recordados. «Lo que debería hacer es explicar a los aficionados del Arsenal por qué no ha ganado nada desde 2005», comentó en una intervención posterior.

En Italia, su lengua fue especialmente venenosa. «Ha habido muchos entrenadores y clubes que han ganado la Liga de Campeones pero solo uno que ha perdido una final tras ir ganando 3-0», dijo lanzando directamente su ataque sobre Ancelotti, técnico del Milán. Pero si ha habido un técnico con el que el luso se ha enseñado especialmente ese es Ranieri.

El italiano fue entrenador del Chelsea antes que Mourinho y en 2010, al frente de la Roma, fue el principal rival del Inter en la Liga. También se convirtió en el frente de sus ataques desde el púlpito de prensa. «No es mi problema si en el Chelsea le consideran un perdedor», inició Mourinho su ofensiva. «He estudiado italiano 5 horas al día durante varios meses para comunicarme con los jugadores. Ranieri estuvo cinco años en Inglaterra y todavía lucha para decir buenos días», le atacó en otra ocasión. «Ranieri necesita cambiar su mentalidad pero es demasiado viejo para hacerlo», apuntó otra vez el madridista.

En España la cosa no se ha detenido. Los desplantes a Vilanova o Burgos no son los únicos. Famosa fue su polémica con Manolo Preciado que finalizó en amistad entre los involucrados. No fue tan indulgente, sin embargo, con Pellegrini. «La diferencia entre él y yo es que yo nunca entrenaré al Málaga», expresó ganándose la crítica de todo un equipo. Ahora, de una forma más sutil, el «Mono» Burgos añade su nombre a la lista de objetivos del luso.