Aunque en el exterior hasta se dude de verdad si el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, tiene todo el poder del club blanco, la experiencia y los conocimientos de un hombre como él tan importante en los negocios de nuestro país obliga a pensar que de puertas para dentro lleva el control de la situación por muy confusa que parezca y por muy absurda que se haya transformado en los últimos años.

Florentino Pérez es consciente de que la imagen del Real Madrid se ha deteriorado mucho y que sus jugadores se han convertido posiblemente en los más odiados del país. El Madrid ha sido desde siempre el equipo a batir, el que llenaba todos los campos, el club al que querían ver ganar la inmensa mayoría de aficionados al fútbol y el más aplaudido, ya fueran de la capital o de cualquier rincón de España. El Real Madrid y sus jugadores nunca fueron un club o un equipo al que insultaban o menospreciaban incluso antes de bajarse del autobús, cosa que ahora sucede.

En los últimos años, Florentino Pérez -lo dicen los que se mueven en la sombra de la oposición- ha dejado que la imagen del club se deteriorara a pasos agigantados. El último gesto de su entrenador, saliendo como un niño al Bernabeu cuarenta minutos antes de que diera comienzo el derbi para que los aficionados le pitaran o le aplaudieran, rompió los esquemas de los que miran al Madrid con respeto y devoción. Más gotas a un vaso que ya está desbordado desde hace muchísimos meses.

Que Mourinho no seguirá ocurra lo que ocurra esta temporada, gane lo que gane, hay un movimiento de fondo mucho más profundo en los cimientos de la casa blanca. Aunque Florentino Pérez ha variado los estatutos argumentando que de esa forma «cualquiera no pueda se presidente» del Real Madrid, gente importante que sí puede reunir el dinero necesario y no quiere este Madrid ya ha empezado a mover sus piezas en busca de un cambio radical. Todos los tiros llevan en estos momentos la misma dirección. Ese hombre es el ex jugador e ídolo de la afición blanca Raúl González Blanco.

Para los socios importantes que ya no quieren al actual presidente, Raúl reúne las condiciones que el Madrid necesita. Raúl aprendió desde niño en la cantera todos los sentimientos y las sensaciones que son necesarias para ser un buen madridista y para que su club se convierta en un gran ejemplo en todos los aspectos. Además, supo marcharse en el momento justo, y aunque tuvo varias oportunidades para pensar solo en el dinero, optó por irse al Scharke 04 y descubrir la evolución y el funcionamiento en todos los aspectos del fútbol alemán.

Nadie recuerda a un jugador que en tan poco tiempo haya sido capaz de ganarse a una afición como Raúl lo hizo en el Schalke.

Cuando tenía una nueva oportunidad para pensar en el dinero del fútbol USA, por ejemplo, se marchó a Qatar para descubrir el poder del fútbol emergente y millonario del país más rico del mundo. Todos los que siguen de cerca de Raúl están convencidos que sus conocimientos y su forma de ser serán básicos para enfrentarse a Florentino Pérez.

Raúl Gonzalez Blanco no estaría solo en el nuevo Madrid, junto a él llegaría también Fernando Hierro, al que han intentado «pescar» hace escasos días y que se negó a ser portavoz de un entrenador en medio de una polémica constante. Y con ellos también llegaría José Antonio Camacho, que conoce como nadie los pasillos de la administración deportiva del club, desde los benjamines a los menospreciados canteranos de Toril.

Bernd Schuster y Fabio Capello le aconsejaron a Raúl González que saliera del Madrid, que no se obsesionara con termina sus días en la casa blanca y que intentara aprender de otras culturas deportivas. En Alemania el «7» blanco lo vio y lo apuntó todo, por ello sabe cómo funciona el Bayern Munich, cómo Uli Hoenes lleva la presidencia, qué aporta el mítico Karl-Heinz Rummenigge, de qué forma se trabaja en los clubes germanos, etc. etc.

De los conocimientos de Raúl son conscientes a la perfección, por ejemplo, madridistas con poder económico y conocimientos deportivos como Vicente Boluda, o incluso uno de los más cercanos a Florentino Pérez como es el mismísimo Fernando Fernández Tapias. Ellos y otros más son partidarios de apostar por Raúl González Blanco y por el regreso del Real Madrid al camino que nunca debió dejar.

En la «sombra», en los despachos y en las comidas de negocios se viene trabajando en el ya inmediato cambio de rumbo del Real Madrid y en la persona de Raúl para recomponer el puzzle. Todo se ha guardado con mimo porque esperaban que Florentino superara las elecciones del año próximo. Pero en estos momentos en que el Real Madrid ha entrado en un camino tremendamente oscuro, los acontecimientos podrían adelantarse cuatro años si continúa convirtiéndose el Real Madrid y sus jugadores en un mal ejemplo para el fútbol español e internacional.

A Florentino Pérez, del que absolutamente nadie duda de que es un gran empresario, el fútbol suele jugarle muy malas pasadas. Tras la famosa boda que no fue tal de Ronaldo en París, que le alejó de la presidencia, han pasado muchos años, pero en estos momentos tiene abierto dentro del club un gran «frente portugués» y la solución no parece sencilla. La solución no es solo deportiva, sino fundamentalmente de imagen.