Carlos Toyos

El GCE Villaralbo dijo adiós a su sueño de alcanzar la categoría de bronce del fútbol español y lo hizo cayendo por 4-1 en Valdebebas, un campo en el que el Real Madrid C hizo pagar muy caro cada error de los zamoranos.

Al igual que ocurrió en el encuentro de ida disputado en el «Fernández García», el conjunto de Rubén de la Barrera no tuvo ayer su mejor día. Como sucediera hace apenas una semana, la mala suerte se cebó con la escuadra «azulona» consiguiendo minimizar y empequeñecer los esfuerzos de un conjunto que afrontó el choque decidido a remontar el 0-1 de la ida pero que acabó entregado a la cruda realidad de su eliminación durante la segunda mitad del envite ante el filial madrileño.

Rubén de la Barrera apenas hizo un par de cambios respecto al primer partido de este primer cruce del «play-off». Desplazó del once a Saúl, que no hizo mal papel en tierras zamoranas, y dio entrada en el eje de la zaga a Bastida, habitual durante la temporada en tal posición, situando en el lateral a Villa. Además, dejó sin entrar en el once a Ramón, con problemas físicos, y sorprendió poniendo de inicio a un Héctor Antón cuyo rendimiento hace una semana le permitió ayer comenzar de inicio.

La composición del equipo no pareció del todo mala cuando, una vez guardado un minuto de silencio en memoria de María de los Ángeles Sandoval, arrancó el choque y los blancos se veían incapaces de dominar territorialmente y retener con acierto el esférico.

Estos primeros minutos fueron de gran intensidad, de presión constante por parte de ambos conjuntos sobre sus rivales y, cómo no, de ocasiones.

La primera gran oportunidad de la tarde corrió a cargo del Real Madrid C. El GCE Villaralbo estiró sus líneas, arriesgó para marcar y, en rápido contragolpe, los locales pusieron a prueba a José Luis, que envió el cuero a saque de esquina.

Esta jugada iba a definir la tónica del duelo durante la primera mitad. Los aficionados iban a contemplar como el GCE Villaralbo se veía obligado a tirar de valentía para superar a su adversario, mientras que este aguardaba su momento para sentenciar el duelo una vez descolocado el equipo «azulón».

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