Ros Casares: Vesela (3), Palau (2), Wauters (14), Lyttle (4) y Moore (24) -equipo inicial-, Domínguez (4), Murphy (3) y Jackson (3).

Perfumerías Avenida: Fernández (14), Xargay (10), Bonner (10), De Souza (17) y Vadja (0) -equipo inicial-, Antoja (3), Sánchez (8), Pascua (2) y Korstine (4).

Árbitros: Germán Morales y David Planells. Jackson (min.34) y Palau (min.40) fueron eliminadas por cinco personales.

Incidencias: Partido correspondiente a la final de la L edición de la Copa de la Reina disputado en el pabellón Príncipe Felipe de Arganda del Rey (Madrid), ante unos 2.000 espectadores. Se guardó un emotivo minuto de silencio en recuerdo de las víctimas del atentado del 11-M. Erika de Souza fue nombrada MVP del torneo.

Siete años después, el Perfumerías Avenida, apoyándose en una excepcional Erika de Souza, se encumbró como campeón de la Copa de la Reina imponiéndose, por 57-68, a un Ros Casares que sólo encontró a Moore en ataque en el primer cuarto y que después apenas pudo seguir la senda que marcaban las salmantinas.

Un 0-4 de salida dio alguna pista de las intenciones del Perfumerías Avenida: defensa de anticipación y rápida transición en ataque. Lo que no estaba en el guión de las salmantinas, y de nadie, era que Maya Moore capitalizara casi en exclusiva el tremendo potencial del Ros Casares.

La alero estadounidense anotó 13 de los 15 puntos de su equipo en el primer período, sin que la defensa castellana, muy activa, encontrara el antídoto para frenar la sangría.

Pese a todo, el Perfumerías siguió con su trabajo sordo bajo los aros y logró minimizar los daños con un 15-11 al final de los primeros diez minutos.

Las salmantinas no estaban dispuestas a tirar la toalla tan pronto y dieron un paso más en defensa. De Souza fue la dueña de los aros, superando a una Sancho Lyttle absolutamente desconocida, por lo que Perfumerías alcanzó el descanso con ventaja (23-27).

El tercer cuarto comenzó con el resurgimiento de las valencianas (32-38, m. 25), pero las charras aplacaron on dosis extras de ilusión esta pequeña revolución y puso un 39-50 al inicio del último periodo que fue insalvable para un rival que careció de sus habituales bondades.