El zamorano Martín Ramos iniciará en los próximos días la ascensión de otro de los colosos del Himalaya, el Kanchengjunga, ubicado en el extremo oriental de la cordillera asiática, y realizará esta nueva expedición en compañía del médico asturiano Jorge Egocheaga con el que ha coronado sus últimas cumbres. Este sería el décimo "ocho mil" que consiga Martín Ramos tras alcanzar el noveno hace ahora un año en el Makalu, también junto a Jorge Egocheaga.

Se trata de la tercera montaña más alta del mundo con sus 8.586 metros, tan sólo superada por el Everest y el K2. El Kangchenjunga es un macizo compuesto por cinco picos, cuatro de ellos por encima de los 8.000 metros, y un quinto de 7.903.

Los británicos George Band y Joe Brown fueron los primeros en coronarlo en 1955. El primer ascenso en solitario y sin oxígeno lo protagonizó Pierre Beghin y la primera invernal, los polacos Krzysztof Wielicki y Jerzy Kukuczka.

El primer español fue Josep Permanye, por la cara sudoeste.

El 6 de mayo de 2099 la surcoreana Oh Eun-sun intentó el ascenso que no fue reconocido ni por la Federación de Alpinismo de Corea del Sur ni por el sitio especializado ExplorersWeb, con lo que la escaladora oriental perdió los catorce ocho miles que había completado.

La que fue considerada como una de las mejores motañistas del siglo XX, Wanda Rutkiewicz, murió en el Kanchenjunga entre el 12 y el 13 de mayo de 1992. La primera mujer en lograr la cumbre fue la británica Ginette Harrison en 1998.

En los últimos años, varios montañeros españoles bien conocidos consiguieron la cumbre: Edurne Pasabán, Juan Oiarzábal, Carlos Pauner, Oscar Cadiach, Rosa Fernández, Patxi Goñi o Alberto Zerain, entre otros.

Existe la tradición por respeto a la religión autóctona de que los montañeros se quedan a escasos metros y no pisan la cumbre.

Para Martín Ramos será un nuevo reto después de la dura experiencia de la pasada temporada en el Makalu donde su compañero Jorge Egocheaga perdió a su compañera sentimental, la suiza Joel Brupbacher que falleció en el descenso de la cumbre.

El zamorano tomó la decisión de viajar a Nepal de nuevo en los últimos días ya que, en un principio, no contaba con protagonizar ninguna expedición esta temporada. Sin embargo, su estado de forma parece óptimo como lo demuestra el buen tiempo realizado hace quince días en la Media Maratón de Zamora en la que ocupó un puesto destacado en la meta.

Martín Ramos inició su experiencia en el Himalaya en 1997 con un primer intento fallido al Cho Oyu y lograría su primer "ocho mil" un año más tarde en una expedición patrocinada por la Agrupación Montañera Zamorana. La cumbre alcanzada el pasado año tuvo un primer intento en 1999 cuando Ramos se vio obligado a abandonar por el mal tiempo.

En 2001 el zamorano alcanzó la cumbre del Everest con oxígeno artificial y en 2002 coronaba el Cho Oyu. En 2003 regresó al Everest para intentarlo sin la ayuda de las bombonas de oxígeno pero la masificación de la cumbre más alta le impidió alcanzar su objetivo. Entre 2005 y 2008 encadenó tres cumbres del Karakorum: Nanga Parbat, Gasherbrum II y Broad Peak.

En 2009 se quedó muy cerca de la cumbre del K2 y un año más tarde lograba su octavo "ocho mil" en el Annapurna, para terminar por el momento su cosecha en el Makalu hace ahora un año.

Por otra parte, el alpinista español Carlos Soria completó ayer con el resto de su expedición la aclimatación a la altura y ya inspecciona la ruta hacia el Campo 3 del Annapurna, que puede convertirse en el duodécimo 'ochomil'.

«Con estos dos días que hemos pasado aquí arriba creo que ya estamos bien aclimatados. Mañana bajaremos de nuevo al campo base a descansar, porque parece que vienen varios días de mal tiempo. Después, en cuando sea posible, intentaremos subir a la cumbre, porque ya me siento preparado», explicó el abulense en su diario desde el Campo 2, a unos 5.600 metros.

El veterano alpinista, de 73 años, y su compañero de expedición, el bombero palentino Tente Lagunilla, han pasado las dos últimas noches durmiendo a más de 5.500 metros, de modo que ambos ya se encuentran en perfectas condiciones. Ambos han aprovechado el día para inspeccionar el siguiente tramo de ascenso hacia la cumbre por su cara norte, entre los campos 2 y 3 (6.500 metros), en lo que se considera la parte más peligrosa del recorrido debido a la posibilidad de avalanchas. «La montaña tiene mucha nieve después de lo que ha caído estos días, pero tampoco para pasar mucho miedo», dijo.