Agotados los calificativos, algunos ya empiezan a recurrir a las palabras gruesas para referirse a Leo Messi. Como muestra, el tweet de Ronaldo Nazário pocos minutos después del Barça-Bayer Leverkusen. Traducido del portugués, Ronaldo venía a decir: «Aparten a los niños del Twitter. El Messi juega de puta madre».

La reacción de figuras del fútbol es la mejor prueba de que Messi está haciendo historia. Un delantero que no hace mucho aspiraba a disputarle el «Balón de oro», Wayne Rooney, escribió: «Messi es de broma. El mejor de siempre». Y el colombiano Falcao, acostumbrado a cantar goles, reaccionó así: «¿Fue un partido de Champions League o era Messi en un partido de Playstation? Intratable. ¿Si hacía seis goles se llevaba dos balones?».

El miércoles por la noche, Messi batió un puñado de récords y encarriló unos cuantos más. Por ejemplo, el de goles en una misma temporada en la Copa de Europa, que desde la temporada 1963-1964 pertenece al italiano Altafini, cuando consiguió 14 con el Milán. Altafini, que asistió al partido del Camp Nou como comentarista del canal de televisión Sky Sport 24, se sumó a la catarata de elogios: «Messi no tiene límites, ha hecho trizas a Maradona. No hay adjetivos posibles y para describirlo habría que crear nuevas palabras en el diccionario».

Otro grande del fútbol, el francés Éric Cantona, aportó una visión diferente aprovechando ayer su estancia en Barcelona para participar en el Global Sport Forum: «Messi guarda ese punto de la infancia, cuando uno jugaba en la calle y soñaba con hacerlo ante cientos de miles de personas e, incluso, hubiera pagado por ello».

Jugar. Los que mejor lo conocen dicen que la gran obsesión de Messi es jugar. Que lo peor que le puede pasar es quedarse fuera, como el sábado frente al Sporting. Pese a que Guardiola le había dado vacaciones hasta el lunes, el argentino quiso estar cerca de sus compañeros. Messi quiere estar siempre en el campo, incluso en partidos que a Guardiola le gustaría reservarlo. A partir de ahí, del juego y de una calidad superior, llegan los éxitos individuales y colectivos que lo sitúan entre los mejores futbolistas de la historia.

Más que entrar en comparaciones con estrellas como Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona, Pep Guardiola anima a la gente a que disfrute el momento. Como lo hace él mismo: «Soy un privilegiado porque siempre podré decir que yo entrené a Messi». Xavi Hernández, uno de los artífices de su rendimiento en el Barcelona, también está en esa línea: «Es una maravilla tenerlo. Ojalá que dure muchos años aquí en el Barça porque nos hace disfrutar a todos».

Xavi también apuntó ayer que Messi «batirá todos los récords». Ya tiene a tiro de piedra uno muy importante para el barcelonismo, el de máximo goleador en poder de César Rodríguez desde 1955. El delantero leonés, ya fallecido, marcó 235 goles en los 348 partidos que disputó en sus ocho temporadas como azulgrana. Messi, que aún tiene 24 años, lleva 228 en 311 partidos. Como propuso Guardiola tras el «repóquer» al Bayer Leverkusen del miércoles: «Tenemos que preparar una fiestaza en el estadio para el día que lo supere».