Salmantino de nacimiento y zamorano de adopción. Así se podría calificar a Eduardo García Valiente, entrenador del Balonmano Zamora, un hombre que ha demostrado su profesionalidad tanto al frente del primer equipo de la entidad como liderando la formación en las categorías inferiores del club.

Eduardo, que afronta su quinta campaña al frente de los «guerreros de Viriato», tiene claro que la mejor forma de rubricar un inmejorable lustro en Zamora es llevar a su equipo a cotas más altas, convertirlo en uno de los conjuntos solventes del «grupo gallego». Esa es la meta del técnico del Inzamac para este año.

-Supongo que conoce el dicho «No hay quinto malo». ¿Será así para usted como técnico del Inzamac?

-Eso es lo que vamos a intentar. Yo, por mi parte, voy a intentar implicarme al máximo posible en el proyecto y con el equipo. A veces, después de tanto tiempo, parece difícil mantener la profesionalidad pero la vinculación personal me obliga, como a todos, a mejorar cada día e intentar que este equipo aspire a más.

-Entonces, ¿el objetivo de esta temporada está más allá de la permanencia?

-La salvación es uno de los principales objetivos, pero no es el único. Durante estos años el conjunto ha luchado por mantener la categoría, por demostrar que se merecía tener un puesto en la Primera División, que fuera cual fuera el grupo en el que compitiera iba a permanecer en esta división, y lo ha logrado. Pero creo que este año tiene que ser diferente, tenemos que demostrar no solo que somos de Primera sino que podemos ser una alternativa en la zona alta, pelear por metas más ambiciosas. Estar de media tabla hacia arriba.

- Quizá, y con esa idea, Inzamac Zamora se ha reforzado con más jugadores de lo habitual para encarar el nuevo curso, ¿no?

-Si, así es. Hemos creado una plantilla terriblemente competitiva y con garantías de poder obtener la salvación sin tantos apuros como el año pasado. Y si se puede, mirar más arriba. Esa es la idea.

-¿Cómo definiría la plantilla que se ha confeccionado para esta temporada?

-Si tuviera que elegir un adjetivo, diría que es un bloque muy compensado. En los cinco años que llevo en Zamora han pasado muchos jugadores por mis manos. Jugadores de gran calidad, hombres que han sido determinantes para alcanzar nuestras metas. Sin embargo, creo que esta es la plantilla más equilibrada y más competitiva de todas con las que he contado.

-¿Y en que se fundamenta esa sensación?

- Es muy posible que sea porque hemos reforzado nuestras facetas de juego más débiles. Este año se ha fichado pensando en esos aspectos en los que sufríamos más, por ejemplo la defensa. Así, ahora mismo, podremos decir que hemos subido un nivel en la zaga y, además, contamos con muchas más opciones para nuestro ataque.

-Mucho habrán tenido que ver las llegadas de Mario Pérez, Raúl y Álvaro Martín, Rafa Margareto, Willy o Camino. ¿Cómo los definiría en una palabra?

-A todos los calificaría con la palabra ilusión. Es un sentimiento con el que cada jugador que hemos fichado ha llegado a este equipo. Quién viene a Zamora viene con unas ganas enormes de trabajar, de dejarse la piel por el grupo y de disfrutar del balonmano cada día con personas que tienen los mismos objetivos y dedicación que ellos.

-Un sentimiento que quizá tenga que ver con el proceso de rejuvenecimiento del plantel.

-Somos un club de cantera y nuestra filosofía se aplica a la perfección al momento de crisis actual. Preferimos dar paso a la cantera en lugar de malgastar dinero en jugadores «de vuelta de todo». Los hombres de la casa son fundamentales para haya esa intensidad e implicación en el equipo.

-Así que la ilusión no solo se limita a los recién llegados.

-Ni mucho menos. Tengo que decir que Margareto, por poner un ejemplo, aporta mucho al grupo pero son los más veteranos los que no paran de crecer y de aportar. Iñaki, Arcel, Carletes, Guille o Sandín han dado un paso al frente, otro más, y se han propuesto jugar y ser determinantes para el Inzamac Zamora este año. Es una determinación que se está dejando tomar, que es para aplaudir y que, seguramente, nos dará ese salto de calidad necesario para ir un poco más allá que la permanencia. Un jugador puede ser determinante, pero es el equipo quién gana los partidos y tener 17 hombres a un alto nivel te puede dar muchos triunfos.

-Por el momento, la pretemporada le da la razón.

-Si. Estoy especialmente satisfecho con la preparación de este año. Todo ha ido muy bien y creo que se ha notado sobre la pista. Hemos hecho una gran pretemporada y ahora toca continuar con ese trabajo con la misma intensidad.

-Aún así, no parece nada fácil en este «grupo gallego» que vuelve a parecer una liga muy igualada.

-Sin ninguna duda. Estaba esperando que me preguntaras por un favorito para decir: «Elige un equipo». No hay favoritos, todos los equipos se han reforzado tanto que, salvo un par de escuadras, la liga volverá a ser una batalla igualadísima. Habrá más nivel, pero ganar será tan difícil como el año pasado.

-Comparando con esa temporada anterior, ¿nota más respeto por el Inzamac Zamora?

-Creo que sí. Todos los equipos saben que somos un rival complicado en casa y el gran final de campaña influirá para que tanto adversarios como árbitros nos miren de otra manera, no como debutantes.

-Entonces, ¿Se podrá ganar fuera de casa antes de la segunda vuelta?

-Esperemos que sí. Lo principal para evitar el descenso tiene que ser hacer del «Camba» un fortín. Esa es nuestra fuerza y tiene que seguir siéndolo, pero si queremos estar en la zona media-alta de la tabla tenemos que ser capaces de ganar fuera. Creo que el equipo está preparado para ello, como demostró al final de la pasada campaña. Y si lo conseguimos, podremos disfrutar y mirar hacia arriba.