La Vuelta a Zamora tiene un nuevo campeón. Se trata de Antonio Olmo, ciclista del conjunto portugués Loulé Louletano, que forjó su triunfo en la ascensión al Alto del Moruxal y que, ayer, en buena parte gracias a su equipo, pudo mantener el maillot amarillo tras una jornada sin demasiados sobresaltos. De este modo, el corredor sevillano sucede en el palmarés de la carrera a Ángel Vallejo, del Supermercados Froiz, que fue el vencedor de la última etapa, después de culminar una larguísima escapada y tras derrotar, de forma brillante, a sus dos compañeros de fuga en el esprint. Desde luego, una forma más que digna de entregar la corona.

La cuarta y última etapa de la Vuelta Ciclista a Zamora se disputó entre Villaralbo y Zamora, con un recorrido, a priori, sin demasiadas dificultades, pero que deparó algunas sorpresas desagradables para los resignados ciclistas, que tuvieron que sufrir la tensión y el fuerte ritmo propios de una jornada final decisiva, mientras maldecían, mirando al suelo, por culpa del mal estado que presentaba el asfalto en algunas zonas de la carretera. Más sufrimiento, más espectáculo, aunque. a buen seguro, los ciclistas no están de acuerdo con esta máxima.

Una vez más, la salida fue muy rápida y los nervios se asentaron desde el primer momento en el pelotón. Cabe recordar que Antonio Olmo lideraba la carrera con tan solo 14 segundos de ventaja sobre Israel Pérez (Extremadura Spiuk) y poco más de un minuto respecto a Raúl García y Moisés Dueñas (Supermercados Froiz), por lo que aún cabía la posibilidad de que el ciclista del Loulé Louletano perdiese en el llano lo que había ganado en la montaña. Esta circunstancia aportó una dosis de nerviosismo y emoción a la carrera que se hizo notar en los primeros kilómetros.

Varios corredores del Azysa y del Extremadura Spiuk lo probaron en los primeros compases de la carrera, cuando aún se divisaba Villaralbo en lontananza, pero fue un corredor del Lokomotiv quien provocó el corte definitivo. Maxim Kozyrev aprovechó un momento de impás en la cabeza del pelotón para lanzar un ataque, y se marchó hacia delante, seguido por el zamorano Cristian Escudero.

Desde ese momento, el dúo de cabeza comenzó a abrir hueco, con el permiso del equipo del líder, que parecía contento con la escapada que se había formado. Sin embargo, el resto de equipos, conscientes de que era la última oportunidad de lograr un resultado positivo en la Vuelta, empezaron a mover la carrera con el objetivo de meter corredores en la fuga. Finalmente, se formó un grupo cabecero de siete hombres, con Ángel Vallejo (Supermercados Froiz), Gastón Agüero (Azysa), David Francisco (Camargo), Gustavo Ignacio (Ciudad de Oviedo) y Jonathan González (Diputación de León), aparte de los dos corredores que ya marchaban previamente en fuga: Cristian Escudero (Cai) y Maxim Kozyrev (Lokomotiv).

En el kilómetro 12, la escapada ya estaba formada, y la situación se relajó ligeramente en un pelotón que, en ese momento, comandaban Caja Rural y Loulé Louletano. Unos para tratar de reducir le ventaja de una fuga en la que no habían logrado infiltrar a ningún corredor, y los otros para controlar, desde la parte delantera del gran grupo, los movimientos que pudiesen realizar los favoritos de cara a la lucha por la general.

La escapada transitaba por el kilómetro 30 de la etapa, con más de un minuto de ventaja, cuando, tras un cambio de sentido, el viento comenzó a golpear de costado. El peligro de abanicos era patente, y los aspirantes al maillot amarillo, que portaba Antonio Olmo, no quisieron dejar pasar la ocasión de poner en jaque al líder. El pelotón comenzó a estirarse ante el ritmo militar que impusieron los corredores del Supermercados Froiz y del Caja Rural, y la tensión volvió al gran grupo.

Sin embargo, el Loulé arropó a la perfección al sevillano y sus rivales tuvieron que desistir cuando un nuevo giro provocó que el viento entrara de espaldas. La escapada estuvo cerca de ser neutralizada, pero, cuando las aguas volvieron a su cauce, la diferencia volvió a aumentar hasta los registros previos a la revuelta del pelotón.

De esta manera, la carrera entró en una fase de estabilidad y relativa calma. La carretera era la única circunstancia que provocaba nerviosismo, y es que el asfalto bacheado y las estrechas calles de las localidades por las que discurría la prueba provocaban algunas complicaciones que, en todo caso, los ciclistas resolvieron sin ninguna incidencia reseñable.

Los kilómetros pasaban y, en el grupo de escapados, cada vez se confiaba más en la posibilidad de que la aventura llegase a buen puerto. Mientras, por su parte, Cristian Escudero, que se metió en la escapada, entre otras cosas, para asegurarse el maillot de las metas volantes, logró su objetivo, pero pagó el esfuerzo, y cedió ante el fuerte ritmo impuesto por sus compañeros de fuga. Restaban 20 kilómetros para el final y el grupo, con 1.30 de ventaja se veía reducido a seis unidades. Por su parte, el pelotón, tras vivir otro momento de tensión cuando el viento volvió a entrar de costado, discurría, de nuevo, con relativa tranquilidad, comandado por el Loulé Louletano, que cada vez tenía más claro que Olmo iba a lograr el triunfo final.

A falta de 15 kilómetros para la meta, Kozyrev atacó y seleccionó una escapada en la que aguantaron, junto a él, Vallejo, González e Ignacio. El conformismo que imperaba atrás hizo que el cuarteto comenzase a tener la certeza de que, entre ellos iba a estar el triunfo de etapa.

El grupo perdió otra unidad a falta de cinco para la meta, cuando un nuevo ataque de Kozyrev acabó con las fuerzas de Gustavo Ignacio. De este modo, el trío de cabeza entró en la capital para disputarse el triunfo al esprint.

El ruso parecía el más fuerte, Jonathan González era el más rápido, pero Ángel Vallejo fue el más listo. El experimentado ciclista del Supermercados Froiz salió mucho mejor que sus rivales de la última curva y, pese al desesperado intento de González por sobrepasarle en los metros finales, el vencedor de la edición del 2010 de la Vuelta a Zamora alzó los brazos en la meta de Príncipe de Asturias.

Por detrás, llegó el pelotón, con el flamante nuevo campeón de la Vuelta, Antonio Olmo, que ganó la carrera en el Alto del Moruxal, y consiguió no perderla en la, siempre peligrosa última etapa. Le acompañaron en el podio final Israel Pérez y Raúl García.