Ha llegado el momento de la verdad. Después de toda la temporada luchando por el objetivo, el Arcebansa Zamora y su hinchada tendrán la oportunidad de disfrutar con un partido de fase de ascenso y con el sueño de poder retornar a la División de Honor de este deporte. Mucho han cambiado las cosas desde que hace dos años el conjunto dirigido, por aquel entonces por Miguel Ángel Hernández, tuvo su primer asalto a la máxima categoría del fútsal nacional. En aquella ocasión, los nervios y la tensión eran contenidos, porque eran diez finales las que había que jugar. En esta ocasión es una prueba de fuego. El ganar un partido abrirá la puerta a poder seguir avanzando en la competición. Perderlo, supone, el complicarse mucho la vida en el intento. Las eliminatorias directas le dan más sabor al espectáculo, pero también obliga a limitar al máximo los errores que se puedan cometer.

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El Municipal Ángel Nieto de Zamora se está acostumbrando a los grandes partidos, a las grandes gestas. Tras el ascenso del Arcebansa Zamora hace dos temporadas, la estancia del equipo el año pasado en la División de Honor y la reciente disputa de la fase de ascenso a Liga Femenina de baloncesto, está haciendo del coliseo zamorano uno de los pabellones más calientes y vibrantes del panorama nacional. Su estilo coqueto y cerrado le otorga una magia que puede resultar vital para los equipos que ejercen como locales y que cuentan con el cómplice apoyo de unos zamoranos ávidos de sentir en las venas la sangre caliente que hierve entre las cuatro paredes del municipal. Hoy, a las 19.00 horas, el Arcebansa debe superar el primer peldaño hacia la División de Honor y el ambiente tiene que ser brutal para recibir a un Maristas que ya se ha encargado de calentar la previa.

Los horarios de los duelos de vuelta, para entorpecer el viaje de los hinchas zamoranos, y las declaraciones de Íñiguez en la previa, que pide que no haya altercados en el partido como, según él, los ha habido en los últimos Arcebansa-Valencia, han encendido un poco más si cabe a la parroquia tricolor que tiene preparado un despliegue especial para el enfrentamiento entre zamoranos y levantinos.

La calidad de unos y de otros está totalmente contrastada. Eso sí, Valencia parte en la serie como favorito. Un favoritismo que le otorga, irremediablemente, su tercer puesto en la tabla y el partir como cabeza de serie. La sexta posición del Arcebansa coloca a los de Juanito en una situación difícil. Eso sí, si los zamoranos son capaces de sacar adelante este primer envite, cobrarán una ventaja vital en la serie.

Una ventaja que tendrá que conseguirse sin la presencia de los dos capitanes de la primera plantilla: Javi Serrano y Pipe. Los dos realizaron una prueba ayer, tras el último entrenamiento, y las sensaciones fueron malas. Médicamente son baja segura, pero serán ellos los que decidan su presencia o no, a sabiendas de que cualquier riesgo que se corra será fatal, ante las complicaciones que siempre entrañan las lesiones musculares.

Por su parte, Valencia solo llega con la duda de Márquez. El resto de jugadores estarán a disposición de Ricardo Íñiguez que cuenta en sus filas con el máximo artillero de la categoría, Jordi Lledó. Los 45 goles que lleva le hacen ser un auténtico peligro en la retaguardia del conjunto de la capital del Turia.

Esta tarde, la fe, el corazón, la casta y la comunión perfecta entre equipo y afición será vital para dejar «tocado» al cabeza de serie.