FICHA TÉCNICA

Arcebansa Zamora: Palomo, Juanpe, Pipe, Moi y Carlos Alberto -cinco inicial-. También jugaron: Lolo Jarque, Jonatan, Javi Serrano y Saúl.

UPV Maristas Valencia: Gascó, Silami, Lledó, Ximo y Márquez -cinco inicial-. También jugaron: Juanjo, Roberm Cebriá, Tamarit, Rafa Ara, Mario y Borja.

Goles: 1-0, min.9: Moi roba un balón en zona atacante y saca un derechazo cruzado que sobrepasa al meta valenciano; 2-0, min.21: Moi rescata un balón suelto en la frontal del área y engancha una volea con la derecha que se cuela por la escuadra de la meta de Gascó. 2-1, min.35: Lledó bate a Palomo en una falta a un metro del área sin barrera; 2-2, min.36: Ximo culmina un contragolpe con un disparo lateral, casi sin ángulo; 3-2, min.38: Carlos Alberto empuja en el segundo palo una jugada de tiralíneas del Arcebansa jugando con portero jugador.

Árbitro: Dirigieron el partido Fernández Muñiz y Hevia Campa. Mostraron amarillas a los locales Pipe, Saúl, Carlos Alberto y Moi; mientras que los visitantes fueron amonestados Rober, Lledó y Borja.

Incidencias: Partido disputado en el Pabellón Ángel Nieto de Zamora ante alrededor de 1.200 espectadores en los graderíos.

Golpe de autoridad del Arcebansa Zamora en el «Ángel Nieto» ante uno de los conjuntos más en forma del campeonato, el Maristas. Los levantinos llegaban terceros al municipal zamorano pero en la primera parte fue el equipo zamorano quien parecía estar arriba en la clasificación. La lección de fútbol sala de los locales fue casi de manual, y consiguieron desarmar el enorme potencial que atesora el conjunto universitario en la zona atacante. De hecho, los de Ricardo Íñiguez llegaban a la capital del Duero con la vitola de ser el equipo más goleador de la categoría.

Desde el inicio se vio sobre la cancha un Arcebansa mandón. Con el balón buscando la rapidez, la electricidad, la verticalidad y un juego rápido, pero a la vez elaborado, abanderado con un Moi que estuvo superlativo en los primeros veinte minutos. La posesión era casi íntegra para los zamoranos, y las ocasiones solo llegaban a la portería de Gascó. Maristas estaba desaparecido en combate, pero el gol local no llegaba, el meta levantino se erigía en héroe y la desesperación y preocupación empezaba a llegar. La afición se llevaba las manos a la cabeza por la cantidad de ocasiones falladas.

Pero en el minuto nueve, Moi robó el cuero a un defensa valenciano y batió a Gascó con un tiro cruzado. El equipo tricolor y la afición explotaban porque se había abierto la lata y eso hacía presagiar la llegada de muchos más goles. Pero el decorado no cambió mucho. Valencia siguió sin existir sobre la cancha y Zamora se empeñó en darle emoción al duelo fallando cada llegada.

Al descanso se llegó con ese exiguo 1-0. Parecía una renta corta, que se vio aumentada en la primera jugada de la segunda parte con otro golazo de Moi. Pero era cuestión de tiempo que el Maristas Valencia despertara de su letargo.

En este segundo periodo, los de Ricardo Íñiguez empezaron a coger el control del cuero y el choque entró en una alternancia de ocasiones que beneficiaba, sin duda, a los visitantes, que tienen más pólvora arriba.

Gracias a este empuje, y al nerviosismo que se palpó en algunos jugadores del Arcebansa, los valencianos empataban el choque en apenas un minuto. Restaban cuatro minutos y las tablas se reflejaban en el marcador. Además, el Arcebansa estaba metido en «bonus» de faltas y eso complicaba más las cosas. De hecho, el primer tanto de Lledó llegó en una falta sin barrera. A todo esto, Silami, ex del Arcebansa, estaba en los vestuarios lesionado. El brasileño, afortunadamente para Zamora, no podía disputar la segunda parte por un dolor en el talón.

Pero cuando la dinámica parecía negativa, y los aficionados no se podían creer que los puntos se escapasen tras el gran partido del Arcebansa, apareció de nuevo la pizarra de portero jugador del FS Zamora y Carlos Alberto empujaba a gol una triangulación sublime a falta de dos minutos.

Valencia arriesgó los últimos instantes de cinco, y el Arcebansa tuvo hasta cuatro tiros a puerta vacía que falló. Los nervios duraron hasta el final, pero la explosión de júbilo fue brutal cuando terminó el tiempo marcado y el FS Zamora sumaba los tres puntos en uno de sus mejores partidos del año.