-¡Vaya desastre!

-Sí. Lo hemos hecho mal aunque no desde el principio porque estábamos defendiendo medianamente bien y creando una cierta sensación de peligro. El 1-0 nos mató, nos vinimos abajo y en el segundo tiempo buscamos más la salida por los laterales y la velocidad tanto de Germán como de Akinsola; tras recibir el 2-0, logramos meternos en el partido con el penalti pero a partir de ahí ya nada, desaparecimos en ataque y, lo que es peor, también en defensa. Hice la prueba que quería y ya se ha visto.

-Se ha visto que no salió esa prueba.

-Ya sé lo que no hay que hacer y donde tenemos que mejorar. Uno puede hacer más o menos daño arriba, pero lo que no puede suceder es que te hagan daño atrás. Así de claro y de sencillo. Vamos a buscar soluciones y no en forma de jugadores y sí en forma de actitud en los mismos que tendrán que estar de forma más agresiva encima de los contrarios. En el tercer o cuarto gol, ya no me acuerdo, tuvimos dos posibilidades de cortar el balón y no hicimos ni falta. Lo hacemos muy mal atrás donde hay que estar mucho más expeditivos y sin contemplaciones. Ahora vamos cerrando el problema.

-¿Ese problema es de conjunto o individual?

-El primer tiempo me pasé diciéndole a Catú que no marcase al hombre por detrás porque recibía continuamente y una vez que éste recibía, pues conectaba juego con el resto y nos hacían muchísimo daño. Me dijo que no estaba acostumbrado a jugar así. Parece que uno está acostumbrado a jugar de una manera y el otro de otra. Esto es lo que hay que unificar en la parte de atrás. Luego, también nos pitan unas cosas que... hay que verlas como la del penalti que no sé si mis jugadores tendrán que ir sin brazos.

-Cuando salió Iker se creó peligro.

-Se estuvo mucho mejor, hemos sido mejores. Hice una prueba y con ella me he dado cuenta de lo que sí y de lo que no. Vamos a ir delimitando los problemas para saber exactamente donde están. Ya hemos hecho muchas pruebas e igual no nos quedan muchas. Hasta hoy habíamos estado jugando bastante bien pero hoy ni eso.

-Además de los cambios que hiciste con respecto al partido ante el Caudal, muchos jugadores cambiaron demasiado de posición. ¿No repercute esto de forma negativa en su rendimiento porque no se puedan centrar en lo que hacen en un determinado puesto?

-No. Los cambios se produjeron en el descanso y a partir de ahí pues le retrasé la posición a Quique cuando saqué a Catú y fue para buscar la entrada por las bandas que no las tuvimos.

-Ni los más pesimistas podrían pensar que se tendrían tan sólo dos puntos en seis jornadas.

-Dos puntos no los espera nadie. Pero en seis partidos hemos recibido 12 goles e igual dos puntos son mucho para ello. Así de claro. Es una sangría que no la hemos parado.

-¿Qué le pasa a Sergio Sánchez?

-No lo sé. Fue un plantillazo. Es un tema de metatarsianos. Tiene el golpe en el empeine y esto es cuestión de radiografía para ver si sí o si no. Si está lesionado es una baja y si es que no pues no hay tanto problema. Es un cúmulo de desgracias.

-¿Te encuentras seguro en el puesto y con confianza de poder sacar esto adelante?

-Siempre estoy tranquilo. No creo que me haya puesto alguna vez nervioso. Sigo diciendo que la situación de hace seis meses era peor que ésta y nunca me puso nervioso tampoco.