El Zamora sufrió un nuevo revés en este inicio de temporada al caer por 1-2 ante un Eibar que se mostró muy eficaz en ataque y demasiado sólido en defensa, justo todo lo contrario que le sucedió a los rojiblancos que apenas disfrutaron de oportunidades de gol y que concedieron dos dianas en los poco más de cuatro ataques que fabricaron los eibarreses.

Los de Íñigo Liceranzu siguen sin funcionar, no encuentran el camino de una victoria que continúa resistiéndose y aunque el míster rojiblanco asegura que no hay que ponerse nervioso porque todavía es demasiado pronto, la verdad sí que existe cierta inquietud en la parroquia zamorana al ver que los rojiblancos ya han encajado dos derrotas y han sumado dos empates, mientras que su casillero de triunfos se encuentra inmaculado, virgen.

Los cuatro goles que el Zamora lleva a su favor han sido materializados todos ellos por Iker Torre, sin lugar lo mejor de este arranque liguero en los rojiblancos, pero ese póker de dianas tan sólo han servido para sumar dos puntos, un bagaje demasiado pobre para una plantilla que está confeccionada para luchar en la zona alta de la clasificación.

El miércoles y ante el Caudal habrá una nueva oportunidad para estrenar el casillero de triunfos y la verdad es que lo de sumar tres puntos de una tacada no debería demorarse ya más para evitar que algunos se tengan que empezar a tomar esas pastillas contra los nervios que pueden empezar a entrar a las primeras de cambio.

Cuarta jornada y cuarto partido consecutivo en el que el Zamora Club de Fútbol tiene que remar contra corriente al ponérsele el marcador en contra prácticamente a las primeras de cambio.

Si en el «Reino de León» pasaron poco más de veinte segundos para que los rojiblancos encajasen el primer gol, ayer ante el Eibar el marcador se les ponía cuesta arriba al filo del cuarto de hora y en una acción en la que un rebote que pegó en Jeffrey acabó con el balón en el fondo de las mallas para que los visitantes se pusiesen con ventaja.

El técnico local, Íñigo Liceranzu, que se pasa machacando una y otra vez a lo largo de la semana esas jugadas a balón parado para que sus hombres las defiendan a la perfección, volvía a ver como los suyos hacían aguas y recibían el 0-1 que, de paso, ponía muy caro lo de conseguir el primer triunfo en la presente temporada.

Sin embargo y acostumbrado a lo de tener el marcador en contra, el Zamora se rehizo de sus cenizas, supo sobreponerse al golpe eibarrés y a los veinticuatro minutos y en una jugada a balón parado que tanto y tanto ensayan los locales en las sesiones de entrenamiento, Agustín ponía el esférico en el área pequeña donde el «gigantón» Iker Torre se elevaba por encima de las torres vascas para cabecear al fondo de las mallas y así seguir con una racha goleadora que le llevaba a conseguir el cuarto gol en cuatro jornadas, ya uno más de los que en la pasada campaña consiguió Gerardo Masini.

El juego se fue concentrando en la línea divisoria de ambos terrenos donde por un lado Agustín y Gallardo trataban de inclinar la balanza hacia el lado rojiblanco ante el buen hacer de jugadores como Albistegui y Garro que daban solidez al cuadro azulgrana.

Con las fuerzas bastante niveladas se fue desarrollando una primera mitad en la que los locales fueron creciendo como ya habían hecho en anteriores confrontaciones, aunque la primera mitad concluía con un buen susto para los zamoranos en un contragolpe de Rubén que en un mano a mano con el guardameta Sergio Sánchez veía como el cancerbero se anticipaba a su acción para mandar el balón a córner y poder mantener las tablas al descanso, un descanso en el que Liceranzu acabó realizando un cambio en el once inicial para dar entrada en el segundo tiempo a Catú por Jeffrey en el centro de la defensa.

El Zamora afrontaba la segunda mitad dispuesto a remontar el resultado pero se iba a encontrar con un Eibar que defendía hasta con cinco hombres en muchas ocasiones ya que el centrocampista Garro se incorporaba a la zaga como tercer central y ello hacía que todos los caminos hacia la portería de Zigor estuviesen bien sellados.

Tan centradas y metidas en el partido estaban las defensas de uno y otro equipo que hasta el minuto cincuenta y nueve no se vio el primer disparo entre los tres palos y fue en una falta directa que sacó Añibarro desde unos veinticinco metros y que Sergio Sánchez detuvo sin mayores problemas en el centro de la portería.

Añibarro, en una jugada a balón parado, trataba de sorprender a Sergio Sánchez pero su lanzamiento lo detenía el cancerbero zamorano en el mismo centro de la portería; a renglón seguido Quique Vázquez se internaba en el área visitante y a su disparo respondía Zigor enviando el cuero a córner.

Había acciones en las que la conexión fallaba entre los rojiblancos sobre todo del medio campo hacia arriba donde no había manera de hacerle daño a los de Manix Mandiola que continuaba muy seguros atrás y que daban la impresión de conformarse con sumar un puntito en el «Ruta de la Plata» ante un Zamora que en la pasada campaña había vapuleado del rectángulo de juego al Eibar.

El nuevo mazazo para el Zamora llegó en la recta final de la confrontación en una internada de Rubén por la banda izquierda con centro hacia el área pequeña donde Altuna sólo tiene que rozar el esférico para enviarlo a las redes ante la sorpresa de los locales.

No se merecía el Zamora este castigo pero ahí estaba ese 1-2 al que Liceranzu respondía sacando del campo a Iker Torre para dar entrada al canterano Jorge Hernández. El «pichichi» rojiblanco había pasado un mal día con vómitos incluidos y ya no estaba para demasiados trotes.

Las prisas, malas compañeras en la mayor parte de las ocasiones, le llegaron a un Zamora que se revolucionó y que buscó con muy pocas ideas y menos recursos un empate que no iba a llegar y es que ayer el Eibar mostró su eficacia en ataque y su buen hacer en defensa, dos cosas de las que el Zamora todavía parece estar muy lejos tras lo visto en esta cuarta jornada en la que los rojiblancos se mantienen en la zona baja de la clasificación, mientras que por arriba el Alavés de Miguel Ángel Álvarez Tomé comienza a volar tras su contundente triunfo a domicilio frente al Real Unión de Irún (1-3) en el «Stadium Gall».

El próximo miércoles el Zamora tendrá una nueva ocasión para estrenar su casillero de victorias, algo de lo que se empieza a estar necesitado.