INEC Zamora 92

PAS Piélagos 102

Hay una ley no escrita en el baloncesto que los entrenadores no se cansan de repetir en categorías inferiores: «Los partidos se ganan en la pintura». Una frase irrebatible, que sin embargo oculta una verdad totalmente contraria: «Las diferencias se marcan en el perímetro».

Y ayer, a pesar de realizar un partido correcto en casi todos los sentidos y dominando durante la gran parte del mismo el juego bajo los tableros, el INEC-Zamora sucumbió ante el PAS Piélagos (92-102) porque el conjunto visitante acribilló con su tiro exterior a los zamoranos.

El bloque cántabro aterrizaba en el Angel Nieto apremiado por la necesidad, inmerso en la pelea por no descender y con ansia de sumar puntos en una cancha cuyo dueño está ya demasiado lejos de los puestos nobles y de los peligrosos de la clasificación. Un hecho que se dejó notar en la intensidad del juego de ambos cuadros a lo largo del choque.

Arrancó el duelo con dos equipos abiertos, sin excesivo rigor defensivo, y buscando la primera gran ventaja antes de que concluyera el primer cuarto. Un periodo en el que se registraron bastantes alternancias en el marcador.

Los primeros minutos favorecieron a los hombres de Alberto Miranda (6-3, m.2) con buenas acciones de Trevijano y Adrián Rodríguez. Pero Piélagos se jugaba el pellejo y llegó al ecuador del cuarto inicial por delante (6-7, m. 5).

Se podría decir que fue un cuarto muy equilibrado. El INEC Zamora sumando bajo el aro con buena circulación de balón y acierto en sus pivots, y el PAS-Piélagos aprovechando los espacios en el poste alto y el perímetro para aumentar su casillero.

Utilizando cada uno sus armas y tras dos buenas acciones de Fernando González, INEC Zamora se plantó en los últimos segundos con un punto arriba (22-21), pero la estrategia hizo que se cerrara el primer periodo con los cántabros por delante en el tanteo (22-23).

Estaba claro que la contienda iba a dejar un marcador de altos dígitos en el Angel Nieto.

En el segundo periodo el INEC Zamora saltó a la cancha con más fuerza que su rival. Aplicó la intensidad adecuada en defensa y encontró los huecos en ataque para hacer de los primeros minutos una ventaja importante (35-28, m. 14).

PAS Piélagos se veía impotente en ataque, donde no contaba con superioridad en el rebote tras los buenos ajustes del bloque local, que seguía errado desde el 6,25 pero muy enchufado en el poste bajo. Juego que valió a los hombres de Alberto Miranda para irse al descanso con una buena renta sin hacer tampoco ningún alarde (44-36).

Pero el descanso cambió de forma radical la dinámica del encuentro. Algo debió decir el entrenador visitante a sus hombres, porque volvieron a la pista dispuestos a dejarse la piel y no fallar un lanzamiento.

Así, y aunque durante el comienzo de la segunda mitad el INEC-Zamora manejó bien la renta con la que contaba antes del paso por vestuarios (56-48, m. 25), PAS Piélagos volvió a su juego del primer tiempo y fue reduciendo distancias con los locales.

Los cántabros se metieron en el partido con un par de canastas fáciles bajo los aros y un triple de Torres (60-56, m. 27), que abrió "la fiesta de tres" protagonizada por el conjunto visitante.

INEC-Zamora intentó resistir, pero concedió muchos metros en el perímetro y PAS Piélagos lo aprovechó con otros dos tiros desde el exterior (63-61, m. 29). Incluso el cuadro cántabro se permitió el lujo de" tirar de pizarra" para preparar un triple que dejaba el tanteo en 63-66 en el último segundo del tercer cuarto.

Con los visitantes crecidos y confiados en su tiro exterior, INEC-Zamora se ahogó. En el último cuarto los locales trabajaron para volver a ponerse por delante, e incluso llegaron a igualar la contienda en una buena acción de Trevijano (76-76, m. 35), pero no hubo nada que hacer. Con igualdad de canastas en la zona para los dos equipos, PAS Piélagos se confió a la muñeca de Ortiz (7/12 en tiros de tres), que a base de triples fue incrementando el marcador visitante hasta dar a su equipo la victoria (92-102).