Barcelona

Sin inmutarse, a lo suyo. El Barcelona, liderado por la maestría de Andrés Iniesta ofreció la enésima lección de fútbol de la temporada para mantener su ventaja al frente de la Liga con una goleada sin paliativos al Sevilla (4-0), el tercer clasificado del campeonato.

En un momento caliente de la temporada, con el Real Madrid de nuevo a tres puntos, el Bar?a respondió a lo grande, con un triunfo de prestigio, de esos que no dejan dudas ni de la calidad ni de la ambición del equipo de Pep Guardiola, que redondeó otra noche estelar.

Buena culpa de todo ello fue de Andrés Iniesta. Estuvo en todas, en los goles y en las acciones de peligro de su equipo. Clarividente en el pase, certero en el remate. Tenía que jugar en el puesto de Messi, ayer en el banquillo, pero él lo hizo de Iniesta. Andrés Iniesta estuvo fabuloso, exquisito en cada toque, como casi siempre, la diferencia es que ayer, además, marcó.

Su gol, en el minuto 3, disipó cualquier atisbo de dudas sobre la presión que el Barcelona, el líder de la Liga, pudiera tener antes del inicio del encuentro y tras la agónica persecución del Real Madrid.

Un toque sutil desde 30 metros para el 1-0, el portero Javi Varas con los nervios en el cuerpo, los mismos que no había escondido en revelar en su estado en la red social "facebook". «Vaya papelón», admitió entonces, pero lo peor para él estaba por llegar.

Iniesta contagió al resto. Empezó a jugar por la derecha, pero se vio con ganas, se sintió fuerte y la defensa del Sevilla enloqueció. Si el Sevilla encontró una autopista por la banda derecha en los primeros minutos en los que Navas se rifó hasta en cuatro ocasiones a Dani Alves, al final el brasileño fue "el correcaminos" y Navas "el coyote", el complemento ideal para el fútbol de desborde del Bar?a.

El albaceteño ofreció una clase de toque y desmarque, de visión y de anticipación a la jugada, una lección que sus compañeros no desaprovecharon. La ansiedad de Eto´o desapareció después del segundo regalo de Iniesta, el primero lo había desaprovechado, con un lanzamiento por encima de Javi Varas, el segundo fue el 2-0.

Una combinación de tiralíneas entre Xavi e Iniesta habilitó al camerunés quien, desde el área pequeña, decidió la suerte del partido, cuando se habían disputado sólo dieciséis minutos.

El fútbol del Barcelona no dejó ni rastro de las intenciones del Sevilla, que desbordó desde la derecha con Henry, desde la medular con las incorporaciones de Keita y la visión de Xavi, desde cerca del área con el instinto asesino de Eto´o o desde cualquier posición por medio de Iniesta.

Detrás, con Piqué a un gran nivel y la buena salida del balón que ofrece Márquez, nadie echó en falta a Puyol, como tampoco en ataque a Messi, quien con molestias estomacales no se había entrenado en la víspera y Guardiola lo dejó en el banquillo durante todo el partido.

Antes del descanso, el Barcelona pudo decidir el partido. Iniesta le puso un balón en el segundo palo a Piqué, que llegó tarde, pero la más clara la protagonizó Xavi. Iniesta, después de una combinación con Eto´o, le regaló el 3-0, pero Xavi picó por encima de Javi Varas.

Fue generoso el albaceteño, que le dio una nueva oportunidad a Xavi, ya en la segunda mitad. Una combinación, ahora con Eto´o, y un pase atrás a Xavi, que desde fuera del área ahora sí estuvo certero en el minuto 49 (3-0).

La lección de Iniesta duró justo una hora, el tiempo que Josep Guardiola decidió mantener en juego al manchego. Cuando se fue al banquillo, con el público del Camp Nou puesto en pie, su equipo ya había cerrado el partido, ganaba por 4-0, después de que Henry finalizara, su enésimo desborde sobre Mosquera, con un tiro cruzado a la red.

El fútbol del Barcelona no bajó enteros, en cuanto a intensidad, ni cuando Xavi, en el minuto 74 también dejó la escena. Jugó y jugó el equipo azulgrana con la misma intención asesina que si el marcador fuera 0-0, intentó aumentar su cuenta goleadora, que ya alcanza los 92 en 32 partidos, pero sus delanteros, especialmente Eto´o, ya no estuvieron tan acertados.

El Barcelona camina con paso seguro y a ritmo de récord. No da opciones, se siente fuerte, justo cuando llega la hora de la verdad. De momento, a seis partidos para el final, mantiene su ventaja. Seis puntos y un abismo en cuanto a fútbol por delante.