REAL MADRID 0

ARSENAL 1

Madrid.- Thierry Henry eligió el estadio Bernabéu para demostrar al mundo entero que es un "crack" de verdad, un tipo con autoridad suficiente como para derrumbar a cualquier enemigo, y con un gol antológico puso al Real Madrid con la eliminatoria muy cuesta arriba en los octavos de final de la Liga de Campeones.

Henry dejó su sello en un día simbólico. Justo cuando Ronaldo está ya con un pie fuera del Real Madrid, Henry se tomó en serio su visita a España. Henry enamoró al público del Bernabéu, mientras que Ronaldo, tras una semana de desamor, pasó inadvertido.

No sólo Henry triunfó. La gran noticia para el fútbol español fue la explosión y el partidazo de Cesc Fábregas. Ayer se examinaba. Jugó su primer partido en el Bernabéu y salió por la puerta grande. Si había algún escéptico, Cesc demostró que sí está para jugar en el Real Madrid. Y se fue en el último minuto ovacionado por el público.

El Arsenal comenzó de cine. Dando un recital. Cesc y Ljungberg mandando, con Henry ofreciendo gotas de su repertorio genial. Sin embargo, le faltó definición. No tuvo sangre fría para tumbar al Real Madrid en esos diez minutos modélicos. Reyes no supo culminar un mano a mano con Iker a los dos minutos.

Arséne Wenger insistió una y otra vez en Saint Albans esta semana en los entrenamientos en un asunto clave: prohibido hacer faltas al borde del área. Es el gran argumento del Real Madrid. Ahí nace el mayor porcentaje de peligro en los triunfos del Madrid.

Y Wenger casi cumple ese objetivo. Hasta el minuto 41 no hubo ninguna. Eso sí fue a casi 40 metros. Pero Roberto Carlos tuvo su ocasión para avisar a Lehmann.

López Caro se vio obligado a cambiar a Woodgate. Otra vez se lesionó el inglés. Y con mala pinta para el futuro. Entró Mejía y el madrileño fue de lo mejor del partido. Dio calma y anticipación.

El Madrid no despertó hasta pasada la media hora. Ni Guti ni Zidane podían con el trivote de Wenger. Ljungberg se incrustó al lado de Cesc y Gilberto. Y el sueco hizo mucho daño entre líneas.

Ronaldo, a los 32 minutos, mandó el primer tiro a puerta del Madrid. Lo paró Lehmann, seguro siempre en sus salidas. No fue un día inspirado de Cicinho y Beckham. Por ahí pasaba la mejoría del equipo este último mes.

Tras el descanso, el Arsenal comenzó como al inicio. Valiente se fue a por el partido. Y esta vez sí acertó. Henry se fabricó una jugada de genio. Arrancó con fuerza, con velocidad, arrasó a todo madridista que se encontró en el camino y con elegancia clavó el 0-1 para el Arsenal.

Un lujo para el buen paladar ´futbolero´. Dicen en Londres que cuando Henry quiere, gana él sólo los partidos. Ayer encontró en el Bernabéu un aliciente, una motivación extra para demostrar al mundo entero que él es uno de los números uno. Un galáctico, de los de verdad, vamos.

Real Madrid: Iker Casillas; Cicinho, Sergio Ramos, Woodgate (Mejía, min. 9), Roberto Carlos; Beckham, Gravesen (Baptista, min.75), Guti, Zidane, Robinho (Raúl, min. 62); y Ronaldo.

Arsenal: Lehmann; Eboué, Touré, Senderos, Flamini; Hleb (Pires, min. 75), Gilberto, Cesc Fábregas (Song, min. 90), Ljungberg, Reyes (Diaby, min. 79); y Henry.

Goles: 0-1. Min. 47. Henry, en grandiosa jugada individual, cruza el balón a Iker.

Arbitro: Stefano Farina (Italia). Mostró cartulina amarilla a Cicinho (27´), Iker (72´), del Real Madrid, y a Cesc (41´), Reyes (73´), del Arsenal.

Incidencias: 75.000 espectadores llenaron el estadio Santiago Bernabéu. 3.000, del Arsenal. Woodgate se retiró lesionado en el minuto 9.

Ronaldo, inadvertido para el público y en el campo

Ronaldo Nazario, delantero brasileño del Real Madrid, pasó inadvertido para público y sobre el campo, el día después de realizar unas duras declaraciones con las que comenzó a preparar su salida del equipo a final de temporada, al afirmar que «nunca» se ha sentido querido en el Bernabéu. El madridismo se volcó con su equipo en un día clave de la temporada y no respondió a Ronaldo. Varias pancartas le recibieron con cariño tras sus críticas a una afición que le silba y le exige más sacrificio y presión ante el rival. Y Ronaldo saltaba al campo en su mundo. Aislado de lo que le rodea. Hasta el minuto 6, no tocó el balón. Lo controló con el pecho y escuchó tímidos silbidos. Fue la tónica hasta que en el minuto 17 perdía el balón rodeado de tres rivales y era abroncado con más fuerza. Disparó a puerta, la primera vez de su equipo, en el 32 y cuanto más en contra se puso el partido para el Real Madrid más se sacrificó, incluso en defensa, con dos inusuales esfuerzos llegando a defender hasta en su propio área.