La recuperación de la contrarreloj por equipos en la primera etapa y la inclusión del Alto de Escuredo el segundo día de prueba son dos de las notas destacadas de la XXII Vuelta Ciclista a Zamora, que comienza el viernes y terminará el martes de la próxima semana, después de algo más de 515 kilómetros recorriendo la provincia.

Sólo un equipo zamorano participará en la prueba, el Caja Rural, el único que existe en la provincia de categoría élite y sub-23. Su director, José María Calvo ya ha confirmado a la organización el listado de corredores que participarán y que está encabezado por Jairo Viñas, junto a Emiliano Toledo, Jaime Fernández, Héctor Luelmo, Melchor Refoyo, Marcos Gómez y Alvaro de Arriba.

No lo tendrán fácil los zamoranos en una prueba en la que se verán las caras con escuadras tan potentes como el burgalés Viña Magna-Cropusa, que el año pasado perdió la Vuelta el último día; el gallego Supermercados Froiz; el León Ayuntamientos, o el Garcans-Comunitat Valenciana, que son los cuatro equipos de primera categoría inscritos en la carrera. Además, estarán Telco (Navarra), Salamanca Patrimonio, PSA Vigo, Hierros Diego (Pontevedra), Camargo (Santander), Heuveca Promociones (Valladolid), Andalucía Paul Versan, Diputación de Avila, los portugueses del Dulcetestil y el Gondomar y el equipo nacional de Cuba.

Ciento doce corredores que tendrán como aperitivo la contrarreloj del viernes, de siete kilómetros y medio y totalmente llana, que se disputará en la carretera de la Aldehuela, entre su inicio junto a Cardenal Cisneros y la rotonda de Ifeza. A pesar de que la organización no pudo situar la salida y la meta, como tenía previsto, en la zona de La Marina, la verdad es que el circuito gana en vistosidad con respecto a otros años, en los que la crono sólo tomaba la salida de la capital y no se podía ver la evolución de los equipos en esta complicada especialidad. Además, volviendo a fijar la crono para el primer día, se permite contar a todos los equipos con sus siete corredores y se evitan situaciones como las del año pasado, cuando algunas escuadras completaron la prueba con sólo dos hombres.

Esta etapa comenzará a las 19.45 horas y la llegada del último equipo está prevista para las 20.54 horas.

El sábado es el primer día en el que se pueden empezar a marcar diferencias. En esta jornada, que arrancará de San Pedro de Ceque a las 15.30 horas y con 138 kilómetros por delante, los corredores tendrán que superar el temido Alto de Escuredo, único de primera categoría. De todas formas, el daño que pueda hacer este puerto quedará paliado, a buen seguro, por los 50 kilómetros de descenso hasta la meta de Mombuey.

La tercera etapa, la del domingo, saldrá de Rabanales a las 15.30 horas y, a lo largo de sus 118 kilómetros, pasará por Portugal hasta llegar a la meta de Villalcampo. Después de la jornada de Escuredo, este trazado rompepiernas puede hacer mucho daño, con los altos de Fariza (tercera) y Pino (segunda), sin olvidar los duros repechos de Vimioso que destrozaron la carrera en la última etapa del año pasado.

El alto de San Martín de Tábara es la única dificultad montañosa de la etapa de lunes, de 126 kilómetros, apta para aventureros y para que el viento complique el trabajo de cualquier despistado. La carrera saldrá este día de Pontejos y llegará a Tábara.

El último día de carrera, el martes, es, a priori, el más suave, al menos en lo que a su trazado se refiere. Solamente el alto de Gema, de tercera categoría y situado en el kilómetro 14 de los 124 que tiene la etapa, figura como cota puntuable. De nuevo el viento puede ser protagonista de un día en el que, quien llegue como líder, no debería tener problemas para mantener el jersey amarillo en la etapa que saldrá de Morales y terminará en Zamora, en la calle Santiago Alba Bonifaz.