Se ha arrepentido de todos los noes que ha dicho en su vida (y también de algún sí), porque para Mónica Naranjo "la vida es de los valientes" que se abren al cambio y a la posibilidad; de ahí, el título de su nuevo disco, 'Mimetika', en el que esta vez viste su poderosa voz y sus letras de rock electrónico.

"La libertad está en no tener miedo. El miedo paraliza a veces todo lo bueno que nos pueda pasar en la vida y se convierte en un lastre", subraya en una charla con Efe ante sus continuas transmutaciones musicales, firme en la idea de seguir solo el camino que dicta "la voz del alma", aunque todos los demás digan: "Vaya hostia te vas a dar".

Esa voz comenzó a susurrarle hace dos años un nuevo sendero por el que caminar, el del rock electrónico (que no sinfónico, en el que ya se había internado en el pasado), y así empezó a escribir su primer LP desde 'Tarántula' (2008).

"Es que hasta ahora no tenía nada que decir. Cuando no tienes nada que compartir, ¿para qué hacer un LP?", se excusa Naranjo (Figueres, Girona, 1974), que en este tiempo intermedio lanzó recopilatorios y reinterpretaciones de su repertorio como "4.0" (2014), una ópera rock llamada 'Lubna' (2016) y, más recientemente, discos de duración media o EP como los dos volúmenes de 'Mes Excentricités'.

Será el 17 de junio cuando se edite 'Mimetika', que edita desde la independencia discográfica (lo lanza en alianza con la distribuidora Altafonte) y en el que desde el que será su primer corte, "Eterna", "revela las diferentes caras" que ha tenido hasta el día de hoy.

"No voy a ser la misma dentro de 20 años. Lo especial del ser humano es el cambio", destaca en ese sentido ante un álbum a cuyo título ha plantado una "k" en lugar de una "c" para "no ser siempre tan correctos".

Primera colaboración con Bunbury

Pero si hay algo que ha sorprendido en los primeros avances del que será su octavo disco de estudio son dos de las colaboraciones, primero porque no es muy dada a ellas en sus álbumes y, segundo, porque se trata de "dos voces brutales" que aparentemente no estaban en sus coordenadas musicales.

"(Enrique) Bunbury y yo llevábamos muchísimo tiempo pendientes de hacer algo juntos, pero o él estaba muy ocupado o era yo o no encontrábamos la canción", cuenta al ser preguntada por el dúo junto al exlíder de Héroes del Silencio, al que conoció hace más de 20 años a través del mítico productor británico Phil Manzanera.

Alega sobre esta curiosa combinación de talentos que ella "siempre" ha admirado mucho la música rock. "De hecho, yo soy muy roquera. Y él siempre ha admirado lo que yo he hecho, que es hacer lo que me da la gana. Esa rebeldía nos une a los dos", remacha.

"Estoy dentro", le respondió Bunbury tras escuchar 'Ey', el tema que los ha unido por fin en una grabación y del que por casualidad salió la segunda colaboración, la del actor y músico Asier Etxeandía con su proyecto Mastodonte.

La artista catalana relata que todo partió de un equívoco. Cuando lo llamó para que interpretara al carcelero del videoclip, el vasco pensó que lo reclamaba para trabajar juntos en nueva música. "Yo no tenía ni idea de que Mastodonte podían querer hacer algo conmigo", se disculpa.

Resultó que en su álbum tenía un tema, 'Polvo vacío', que se había escrito originalmente como un dueto. "Pero como ya teníamos a Enrique y esta canción tiraba bien sola, la dejamos así", añade. Cuando Etxeandía se cruzó en su camino, pensó que era una señal de que era la persona con la que tenía que compartir ese tema.

"Y quedó mucho mejor de lo que yo había hecho sola", destaca tras grabar su nuevo álbum con una revolucionaria técnica conocida como sonido en 8D (también conocido como sonido holofónico o 360º), que permite crear una "espacialización", como si la música rodeara al oyente con los reproductores adecuados.

Naranjo, que presentará el álbum en una próxima gira por España y México, vuelve así a defender su premisa de partida en cada decisión adoptada. "Es que me he arrepentido de todos los noes que he dicho y también de algún sí... en mi vida privada", añade, antes de ofrecer una última confesión entre risas: "Si el carácter que tengo en mi vida profesional lo tuviera en mi vida privada, hubiera sido mejor".