Hace dos años fue propuesta para ocupar la silla M de la RAE que finalmente se quedó el dramaturgo Juan Mayorga. La filóloga Dolores Corbella Díaz (1956, Santa Cruz de Tenerife) vuelve a ser candidata a ingresar en la Real Academia Española, en esta oportunidad aspira a la i que dejó vacante la bioquímica Margarita Salas (1938-2019) junto con Paloma Díaz-Mas (1954, Madrid). Los avales de la investigadora canaria son Emilio Lledó, José Manuel Blecua Pérdices y Pedro Álvarez de Miranda, que ya firmó en favor de la profesora de la Universidad de La Laguna cuando mantuvo el primer pulso con Mayorga. La escritora madrileña, por su parte, cuenta con los apoyos de Jose María Merino, Luis Goytisolo y Soledad Puértolas.

Dolores Corbella aspira a ser el primer canario no residente en la capital de España –hasta 1960 los académicos estaban obligados a vivir en Madrid– que accede a la Real Academia Española. El relevo natural del físico Blas Cabrera y Felipe (1878-1945). Antes aportaron sus conocimientos a la RAE Juan de Iriarte (1702-1771), Bernardo de Iriarte (1735- 1814) y Benito Pérez Galdós (1843-1920).

Margarita Salas, Gregorio Salvador (1927-2020) y, de nuevo, Pedro Álvarez de Miranda fueron sus avalistas en 2019. “Da la impresión de que me quieren allí”, comenta sin poder esconder una sonrisa una candidata que, a la vez, confiesa sentirse intimidada por esta llamada. “Debería estar algo más acostumbrada, pero me da mucha vergüenza aparecer en un medio de comunicación”.

Cuatro sillas sin ocupar

Además de la silla i (Margarita Salas), en la RAE ahora mismo están libres los asientos d (Francisco Rodríguez Adrados), K (Federico Corriente Córdoba), y q (Gregorio Salvador). El jurista cordobés Santiago Muñoz Machado es el director de la Real Academia Española y el historiador asturiano Víctor García de la Cocha es su director honorario. Cuando hace unas semanas le plantearon participar en esta “pugna” Dolores Corbella Díaz solo pidió unos días para pensárselo. “Tenía tiempo para dedicárselo a esta gran responsabilidad, pero necesitaba asimilar el ofrecimiento y valorar en frío qué es lo que le podía ofrecer”, sostiene en un punto de la conversación en la que la aspirante canaria describe su día a día: “Soy una persona a la que le gusta trabajar con tranquilidad, como a la mayoría de los investigadores... Muchas horas al día, pero con tranquilidad”, abrevia sin restar ni un solo gramo al trabajo en equipo que se viene realizando desde hace décadas en la Universidad de La Laguna. “Esta es una labor callada en la que participan muchas personas”, incide segundos antes de adentrase en una de sus pasiones.

Un léxico diferencial

La búsqueda de un léxico diferencial toma un protagonismo esencial en el momento en el que Dolores Corbella se piensa la respuesta a una pregunta que ronda su mente desde hace días: ¿Qué puede aportar en el caso de ser elegida académica de la RAE? “Hace tiempo que trabajamos en silencio analizando las palabras, que además de ser una de mis pasiones tienen muchos secretos... Es un trabajo que no siempre ha tenido una trascendencia pública, pero que sí ha sido valorado”, cuenta en relación a un modelo del léxico diferencial que está sirviendo de modelo en Venezuela, República Dominicana y en Andalucía.

“En el léxico diferencial canario analizamos la historia de una palabra desde su origen hasta la actualidad”, avanza ampliando el radio de acción a los medios de comunicación. “El periodismo es un campo de trabajo interesante por la cantidad de giros y nuevos usos que se les da a las palabras cada día”. Cómo surgen, dónde y su presencia a lo largo del tiempo son tres puntales básicos a la hora de construir el léxico diferencial al que recurre Dolores Corbella. “Poder descubrir la etimología de una palabra es una tarea de laboratorio... Recuperar el léxico diferencial es lo que nos hace ser distintos dentro de la unidad del español”, pone de relieve la lexicógrafa canaria para tratar de justificar su candidatura. “Quiero pensar que me quieren para trabajar en los diccionarios y potenciar el trabajo que llevo realizando desde hace tiempo”, vaticina sin perder de vista a su rival. “Con Paloma Díaz-Mas han buscado el perfil de una escritora que tiene una buena reputación. No la conozco personalmente, pero sí que he leído alguna de sus obras”.

Las candidatas a la silla i serán las protagonistas del pleno que se celebrará el 15 de abril en Madrid en el que se leerán los elogios y méritos de Paloma Díaz-Mas y Dolores Corbella Díaz, para una semana después convocar la votación de la que saldrá elegida la nueva académica. “Es muy difícil”, insiste la canaria, “pero vivir esta experiencia es todo un reto, uno más de los muchos a los que ya me he enfrentado”.

De nuevo, tal y como ocurrió hace unos días con el anuncio de los Premios Canarias 2021, la mujer es protagonista de una noticia que está envuelta en un gigantesco calado social. “Puede que para algunas personas no sea algo normal, pero en el futuro será lo habitual. En el campo de la investigación la mujer cada vez tiene más protagonismo y en mi caso particular, yo nunca he tenido problemas para competir en igualdad de condiciones por sacar adelante un proyecto”, pone de relieve Dolores Corbella sobre el rol que juegan los investigadores en la actualidad.

La paciencia, sin duda, es una de las mejores virtudes que expone la filóloga santacrucera a la hora de “coquetear” con las palabras. “Tengo mucha y sé administrarla bien en el campo de la investigación, un área de trabajo en el que también se requiere constancia, que es algo que pongo en práctica cada día. Sin esas dos cosas habría sido imposible transitar por un terreno en el que hay mucha soledad y trabajo”, expone Corbella Díaz.

Los “cambios” de la RAE

Dicen que solemos acordarnos de Santa Barbara cuando escuchamos los truenos; justo con el estruendo que anuncia la tormenta. Pues algo parecido ocurre cada año en el instante en el que la RAE anuncia las novedades que se incorporan al español de manera oficial. “Las palabras no son de la Real Academia Española, son de las personas que las usan”, avanza Dolores Corbella sobre un asunto que a su juicio no tiene discusión. “Lo que debe reflejar un diccionario es el léxico que se usa y las marca que se emplean a diario, es decir, el cometido de la RAE es descubrir nuevas palabras, no prohibirlas... El hablante siempre es el que elige, el que convierte obsoleta una palabra y el que le da más relevancia”, expone la docente de la ULL.

Sobre los cambios que imponen las nuevas tecnologías, el posicionamiento de Dolores Corbella está alejado de juicios absolutistas. “A mi me gustaría leer los acentos en los mensajes que me leo en el móvil, pero eso es una misión imposible. Las prisas por comunicar marcan nuestras vidas y, de paso, las formas que empleamos para redactar esos textos... Me preocupa más el hecho de que hoy nadie va a una estantería a consultar un diccionario porque recurre al mundo online. Ahí sí que tenemos que realizar un buen trabajo para que el lenguaje experimente un salto natural como lo ocurrido con el teletrabajo”.

La sencillez silenciosa

Soy una investigadora silenciosa a la que no le gusta el ruido que existe en torno a los medios de comunicación”. La frase, firmada por Dolores Corbella Díaz, define la sencillez de una mujer que hace unas semanas fue noticia, junto a María Isabel Nazco Hernández y María del Rosario Álvarez Martínez, por la concesión del Premio Canarias 2021. “Entonces ya sabía que me habían propuesto para ingresar en la RAE, pero no quise decir nada porque no era el momento”, señala una santacrucera que reside en La Laguna. Es la mayor de cinco hermanos, cuatro chicas y un chico, y la primera de la familia que estudió y terminó una carrera universitaria. “Mi madre decía que yo y una de mis hermanas lo íbamos a tener complicado por elegir Filosofía e Historia del Arte, que nuestro futuro estaba asociado a preparar unas oposiciones, pero al final no nos ha ido nada mal”, señala una lexicógrafa madre de dos hijas que trabaja en la ULL desde que tenía 22 años. “No le de demasiado eco a esta noticia”, avanza sin obviar que es “importante” que se hayan vuelto a acordar de ella como posible miembro de la Real Academia Española. “Es un honor estar en esta situación, pero de momento todo esto solo es una posibilidad y no quiero llamar demasiado la atención”, comenta, no sin subrayar la gran ilusión que le hace ser útil a la RAE.