Se conocieron en la cuarta temporada de ‘Los hombres de Paco’ (2008) y desde entonces han ideado, producido y dirigido juntos éxitos televisivos como ‘El barco’, ‘El chiringuito de Pepe’ o ‘Vis a vis’. Pero al creador de series Álex Pina y al director Jesús Colmenar les van los retos difíciles y hace dos años se plantearon hacer algo que no se hubiera visto nunca en televisión: una serie que se desarrollara en el transcurso de un atraco. El resultado fue ‘La casa de papel’, la producción de habla no inglesa más vista en todo el mundo en la plataforma de Netflix, que este viernes, 19 de julio, estrena la tercera temporada.

¿Serían capaces de viajar al instante cero de esta aventura?

Pina: Totalmente. Una cafetería Starbucks del centro de Madrid en la primavera del 2017. Jesús y yo acabábamos de montar nuestra propia productora, Vancouver, y estábamos planteándonos qué hacer.

Colmenar: Teníamos dos opciones: rodar una comedia o lanzarnos sobre una idea loca que llevaba tiempo rondándonos la cabeza, pero con la que no nos atrevíamos porque nos parecía imposible de realizar.

¿Qué idea?

Pina: Rodar el atraco perfecto en televisión. Esto se ha hecho mil veces en el cine, pero un robo no te aguanta todos los capítulos que dura una temporada de una serie. Ese era el gran reto.

Colmenar: Queríamos rendir un homenaje a las ‘heist movies’ (películas de atracos) anglosajonas, pero que tuviera carácter latino y sucediera en España. Y que resultara creíble, claro.

Pina: Y debía ser continuista con la línea que habíamos iniciado en ‘Vis a vis’, donde ya habíamos jugado con la elasticidad del tiempo, la ambigüedad moral de los personajes y la iconografía cromática para darle personalidad a la serie. Teníamos a favor la libertad de trabajar en nuestra propia productora, podíamos correr ciertos riesgos.

Parece que la apuesta les ha salido bien, a juzgar por el éxito.

Pina: Independientemente de la audiencia que ha tenido la serie, el éxito ha consistido en hacer realidad una historia que pone el foco en 147 horas de atraco en las que se superponen narrativamente hasta cinco líneas de tiempo y que consigue entretener al público siendo respetuosa con el género de acción y el thriller, pero introduciendo notas de surrealismo.

Colmenar: Es que somos muy frikis.

Pina: Antes se pensaba que las series de acción eran vacuas y superficiales y las intimistas eran ‘indis’ y aburridas. Nosotros hemos mezclado esos dos géneros añadiéndole elementos de humor negro muy español. El objetivo era lograr que la acción resultara emocional y divertida, pero partíamos sin referencias, porque esto no se había hecho antes en televisión.

¿Ese ha sido su secreto?

Pina: Saber por qué una serie tiene éxito es imposible. A veces influyen hasta factores geopolíticos. ‘La casa de papel’ ha tocado la fibra sensible del público en países marcados por un clima de escepticismo y crítica frente al poder, que va desde el 15-M hasta las protestas de la cuenca mediterránea y del sur de Latinoamérica.

Curiosamente, es en esas zonas donde la serie ha tenido más audiencia. Pero hay otros factores: el casting, el guion, los personajes…

Colmenar: Y el poder visual tan fuerte que tiene su iconografía, que la hace muy reconocible. Cuando ves una imagen de la serie, sabes al instante que es de ‘La casa’. Los monos rojos, las caretas de Dalí, las pajaritas de papel, la canción de ‘Bella ciao’…

Pina: Cada fotograma de ‘La casa’ es una viñeta de comic, eso también ha sido un acierto.

¿Imaginaban la dimensión internacional que ha alcanzado?

Colmenar: Es curioso, pero algo sí intuíamos. La serie nació para el ‘prime time’ de Antena 3, pero cuando la estábamos rodando tuvimos la sensación de estar haciendo un producto más internacional que español. De hecho, lo comentábamos entre el equipo: “Chicos, esto es un ‘global show’”. Nuestra aspiración era llegarle a mucha gente, pero no imaginábamos que les llegaríamos a tantos, ni que esos iconos tan característicos de la serie los iban a hacer suyos tantos espectadores de todo el mundo.

La segunda temporada se cerraba con la fuga de los miembros de la banda cargados de dinero.

El espectador se preguntará qué más les puede pasar después de un final tan redondo. Colmenar: La tercera temporada es una secuela, no una continuación sin más. De hecho, eso lo pensamos mucho y no la habríamos rodado si no hubiéramos tenido claro que la serie podía ir más allá, visualmente y en cuanto a las aventuras que les ocurren.

Pina: En el primer atraco son un grupo de hombres y mujeres que no se conocen, en el segundo son una familia. Trabajamos con unos niveles de afectividad muy altos, y esta es nuestra aportación al género de las series anglosajonas. ‘La casa’ no es una serie de acción más. En ella hay unos niveles emocionales de afecto y complicidad entre los personajes que no se dan en otras producciones. Y eso es así porque somos latinos y tenemos una forma muy diferente de contar las historias.

‘La casa de papel’ nació para el ‘prime time’ de una cadena generalista como Antena 3. Ahora se emite en una plataforma de pago. ¿Eso cambia las cosas a la hora de plantear una nueva temporada de la serie?

Pina: No creo, porque ese cambio ya se dio hace tiempo. Antiguamente, en la tele generalista existía la figura del ángel de la guarda que hacía que el espectador se dijera: ‘tranquilo, al ‘prota’ no lo van a matar, al final lo van a salvar’. Eso ya no pasa en las series, tanto en las que vemos en plataformas como en las cadenas generalistas. Hoy el espectador está preparado para que ocurra cualquier cosa. El reto es seguir sorprendiéndole con algo que no se esperaba.