Tal día como hoy, un 7 de febrero de 1812, nacía en Portsmouth (Inglaterra) Charles Dickens, uno de los más reconocidos escritores de la literatura universal y el más destacado novelista inglés de la época victoriana. Para homenajearle en el día de su nacimiento, repasamos 20 de sus frases más célebres.

Autor de títulos como Oliver Twist, David Copperfield, Historia de dos ciudades, Un cuento de Navidad, Grandes esperanzas o Papeles póstumos del Club Pickwick, las obras de Dickens han sido elevadas a la categoría de inmortalidad literaria. Millones de lectores de todo el mundo se han conmovido con sus novelas, y algunas de ellas se han llevado al cine en varias ocasiones.

Para crear muchas de sus historias Dickens se nutrió de experiencias propias. Por ejemplo, a los 12 años, con su padre encarcelado por impagos, el futuro autor de Oliver Twist fue obligado por su madre a trabajar en una fábrica de betún para calzado, con jornadas de 10 horas diarias.

El pintor Robert William Buss (1804-1875) trató de reflejar el universo interior del escritor británico en su obra inacabada El sueño de Dickens. En el 207 aniversario del escritor inglés recopilamos 20 de sus citas imprescindibles:

  • Un corazón amoroso es mejor y más fuerte que la sabiduría.
  • La caridad comienza en mi casa, y la justicia en la puerta siguiente.
  • Hay grandes hombres que hacen a todos los demás sentirse pequeños. Pero la verdadera grandeza consiste en hacer que todos se sientan grandes.
  • Someted vuestros apetitos, amigos míos, y habréis conquistado la naturaleza humana.
  • Yo nunca habría tenido éxito en la vida si no me hubiera dedicado a las cosas más pequeñas con la misma atención y cuidado que le dediqué a las más grandes.
  • Cada fracaso nos enseña algo que necesitamos aprender.
  • Nunca podría haber hecho lo que he hecho, sin los hábitos de puntualidad, orden y diligencia, sin la determinación de concentrar en mí un objetivo a la vez.
  • Donde millones de hombres se arredraron, allí empiezas tú a trabajar.
  • Reflexiona sobre tus bendiciones presentes, de las que todo hombre posee muchas; no sobre tus pasadas penas, de las que todos tienen algunas.
  • Nunca es tarde para el arrepentimiento y la reparación.
  • Nuestras peores debilidades y bajezas las solemos cometer por causa de las gentes a quienes más despreciamos.
  • He aquí la regla de todo negocio: engaña a los demás; de lo contrario, te engañarán ellos.
  • No juzgue nada por su aspecto, sino por la evidencia. No hay mejor regla.
  • El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas; el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico.
  • La muerte, los incendios y los robos hacen a todos los hombres iguales.
  • Abre los pulmones, lava el semblante, ejercita los ojos y suaviza el temperamento; así que llora.
  • El número de malhechores no autoriza el crimen.
  • Hay hombres que parecen tener sólo una idea y es una lástima que sea equivocada.
  • Nada es tan fuerte y seguro en una emergencia de la vida como la simple verdad.
  • El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta.