La cantante estadounidense Lady Gaga ha logrado que 15.600 de sus fans se hayan rendido a sus pies la noche de este domingo en el Palau Sant Jordi de Barcelona en la apertura de su gira europea 'Joanne World Tour', a base de temas nuevos y hits de siempre, un concierto que repetirá el próximo martes y que ha estado marcado por los constantes cambios de vestuario y mucho cariño hacia el público barcelonés, al que ha reiterado: "Barcelona te amo".

A diez minutos de la salida de la diva, los asistentes -de corte muy transversal- han silbado expectantes hacia una enorme pantalla de cuenta atrás; la artista, Stefani Joanne Angelina Germanotta, ha emergido del escenario sobre una plataforma entonando 'Diamond Heart' para el deleite de su público preso de las cámaras móviles, y ha proseguido después con 'A-Yo', ambos temas de su último disco.

Tras interaccionar brevemente con los fans, a los que ha pedido llamarla por su segundo nombre, Joanne, ha dicho: "Te amo Barcelona", y ha agradecido la fidelidad del público durante muchos años, a cambio, Gaga ha decidido regalar a sus seguidores un sonado 'Poker Face', revolviendo por completo las entrañas del Sant Jordi.

Para mantener el ambiente, la cantante se ha deshecho la coleta arrancando 'Perfect Illusion', que ha motivado un salto unánime en la pista, antes de su desaparición --por hundimiento de la plataforma donde bailaba-- en el escenario.

"Los retos dan valentía"

Un rápido cambio de vestuario mientras el público saboreaba un vídeo con una destructiva Gaga al volante, ha dado paso al despliegue de 'John Wayne', ráfagas de fuego incluido; después Gaga ha clamado ante el público que "es la mierda la que hace fuerte de verdad, y son los retos los que dan valentía", como estimulante introducción a su tema 'Scheibe'.

La norteamericana ha hecho enloquecer después a su público con el archisonado 'Alejandro', para el que ha pedido las manos en alto y ha contado con un sensual cuerpo de baile; al que ha abandonado para un nuevo cambio de vestuario, regresando con lentejuelas plateadas y un potente 'Just dance' punteado con fuegos artificiales desatando bailes en todo el recinto.

Con 'Love game' ha dado paso a una intensa ovación, tras la que se ha quedado en corpiño y botas; y para introducir la exitosa 'Telephone' ha explicado que antes de los conciertos en su camarote puede sentir al público evocando su nombre y a las llamadas que recibe les dice: "No me distraigas, allá afuera tengo a 16.000 personas esperando"; con esto un escenario de cubos desencajados se ha convertido en una discotequera pista de baile.

Tras volver a cambiar de atuendo --un elegante vestido negro-- la también diseñadora neoyorquina, ha desfilado por una repentina pasarela tendida sobre el público entre escenarios para dar a sus fans un generoso 'Applause' para recibir otro a cambio.

"En favor de la igualdad"

Después, Gaga ha preguntado al público cuántos pertenecen a la comunidad LGBTI, obteniendo muchos aplausos, y luego, cuántos no pertenecen a esa comunidad, obteniendo otros tantos: "La razón por la que lo pregunto es porque no importa. No importa la raza, la religión o el nacimiento. Os queremos igualmente", ha dicho evocando que todos los asistentes al concierto se hallan en favor de la igualdad.

Ha apelado a sentir compasión --palabra que ha dicho en castellano-- por todos aquellos que no creen en la igualdad, y ha citado la organización creada por su madre, presente en el concierto, en aras a un mundo mejor, introduciendo así la canción 'Come to mama'.

En piano acústico --y con los móviles alumbrando--, la cantante ha dedicado la canción 'The Edge of glory' a Barcelona y a las víctimas del atentado terrorista de agosto: "Me gustaría daros el pésame por vuestras pérdidas, mi corazón está abierto, y yo y mis bailarines os queremos mucho y no podíamos esperar a traeros tanta alegría como nos fuera posible", ha dicho Gaga, que aunque vive lejos, ha asegurado sentir un verdadero dolor por aquella tragedia.

'Born this way' ha roto la melancolía del momento, quedando después interrumpido por un nuevo cambio de vestuario --en atrevido rojo-- y una gótica 'Bloody Mary', tras la que ha explicado que 'Joanne' es un disco muy distinto a ella pero que ha logrado la nominación a dos grammys, dando paso así a 'Dancin' in Circles'.

La épica canción 'Paparazzi' ha mantenido a la artista escondida sobre una pasarela volante sobre las cabezas de los fans, cuando Gaga ha aparecido repitiendo su pésame por la "tragedia" de Barcelona, hacia la que ha confesado de nuevo su amor, antes de interpretar 'Angel down'.

La cantante ha ido cerrando filas con 'Joanne', sobre la que ha preguntado al público quién sabe verdaderamente quién es Joanne: su nombre medio y también su tía paterna, que murió en 1974 de lupus, por la que se ha sentido "custodiada como un ángel".

Un arranque repentino del público la ha encumbrado al grito de 'Mother Monster', a lo que ella ha respondido en castellano tarareando: "Pequeños monstruos", y ha aprovechado para dedicarle a los fans una melódica 'Intermission', antes de un último cambio de vestuario en engalanado blanco.

Pero Lady Gaga no podía despedirse sin su clásico 'Bad romance', con el que ha sorprendido a unos fans relajados, que han salido repentinamente de la ensoñación, --a pesar de ligeras desentonaciones--; después, ha leído mensajes lanzados por sus fans en bolas de papel y se ha hecho un 'selfie' con algunos de ellos.

'The Cure' ha sido su última apuesta sobre el escenario, aunque las ovaciones de un público confiado del regreso de la diva han tenido como resultado la concesión final de 'Million reasons', que los fans han encajado con alegría y pena de tener que esperar hasta su próxima gira, aunque la artista actuará este martes con 14.500 entradas vendidas y algunas localidades disponibles.