Francisco Ibañez lleva más de 60 años de carrera. Seis decenios dibujando cómics y, de paso, caricaturizando los personajes y eventos que más chirrían o que más juego dan en la actualidad internacional en cada momento. Hace un par de años le tocó a Bárcenas y su caja b (e ´El tesorero´), un poco antes al Partido Popular al completo (en ´Elecciones´). Antes aún, en los 90, se rió de ETA, que en sus viñetas pasó a llamarse la T.E.T.A., del presidente catalán Jordi Pujol, antes de convertirse en un atisbo de patriarca de clan mafioso que parece ser ahora, o del español, José María Aznar, entre muchos otros.

Las historietas de ´Mortadelo y Filemón´ encuentran un auténtico filón inspiracional en una realidad que no deja de superar a la ficción. Y si alguien ha dado motivos en 2017 para ser incluido en la nueva historieta de los patosos espías, este no podía ser otro que Donald Trump. O Trompf, que es como se apellida el magnate en ´Drones matones´ (Ediciones B).

En esta nueva aventura de ´Mortadelo y Filemón´ que llegará a las tiendas el próximo 5 de julio, los espías le hacen un chichón al que sea posiblemente el hombre más poderoso de Occidente al pilotar defectuosamente uno de esos aparatos voladores tan de actualidad.

En ´Drones matones´, la última misión que la T.I.A. se ha propuesto es eliminar todo rastro de drones espía, con una nueva invención del profesor Bacterio. Un servicio que bien puede interesar a los Estados Juntitos de Donald Trompf, tan preocupados que están ellos con las injerencias de países externos.

Pero las meteduras de pata de los carpetovetónicos espías no acabarán de convencer a Trompf, que se quejará en varias ocasiones del chapucero trabajo de los agentes. En una de esas, pierden el control del aparato y acaba impactando en la cabeza del rubio presidente.