A la espera de los resultados que arroje la autopsia -habrá que esperar semanas para conocer los análisis toxicológicos - se suceden los testimonios de allegados que especulan sobre las causas de la muerte inesperada del compositor. Mientras que el abogado de la estrella, L. Londell McMillan, aseguraba que el cantante estaba limpio de drogas, algunos de sus amigos más cercanos informaban de su relación con el Percocet.

El artista podría haber consumido este analgésico para paliar los dolores que le provocaban sus repetidas lesiones en los escenarios, sobre todo los talones, que estaban empezando a convertirse en un duro peaje físico.

"La cadera le molestaba al saltar en las actuaciones durante más de 20 años", comentaba su ex novia Sheila. Prince podría haber recurrido a este medicamento para poder evitar así una cirugía, ya que su condición de testigo de Jehová obstaculizaría una intervención con transfusión de sangre. Sin embargo, esta misma creencia impone la abstinencia de drogas y límites en el consumo de alcohol.

La autopsia fue llevada a cabo un día después de ser encontrado inconsciente en el ascensor de su residencia en Paisley Park (Minneapolis). El forense afirmaba en un informe preliminar no haber encontrado "signos evidentes de trauma" en el cadáver de la estrella de Purple Rain. Las horas posteriores a la muerte de Prince, parte de su entorno sospechaba del estado de salud del músico, que podría estar sometiendo a un fuerte tratamiento, que habría debilitado su sistema inmunológico.