Norman Foster (Manchester, 1935) no es un arquitecto cualquiera. Autor de diseños de rascacielos, autobuses y un sinfín de proyectos, es también un coleccionista de arte contemporáneo junto a su mujer, Elena Ochoa. El que es uno de los grandes arquitectos del siglo XX presenta su selección al público en ´Moving, Norman Foster on Art´, exposición de la que es comisario y en la que plasma pensamientos, conexiones y todas las obras que le impactan y emocionan especialmente.

El local escogido para exponer el particular "museo Foster" es el Carrè d´ Art de Nimes, un edificio simbólico del sur de Francia que él mismo proyectó hace veinte años. El británico ha atraído al recinto, un gigantesco cubo de cristal cerca del templo romano, a varios de sus artistas favoritos, autores de varias obras de la colección y grandes amigos del arquitecto.

En esta muestra, Foster ve una forma de compartir su admiración por "aquellos artistas cuyas creaciones embellecen nuestra casa, que enriquecen realmente la vida de nuestra familia y la de los amigos que nos visitan". Para el arquitecto, adoptar el rol de comisario de exposiciones es "una experiencia inigualable".

Es indiscutible que 'Moving' no es una exposición de tesis, ni pretende serlo. El arquitecto asegura que no tiene "ninguna pretensión académica", por lo que se siente "libre" para realizar cualquier tipo de juegos visuales. "En casa, si colocamos una obra del pintor berlinés Daniel Lergon junto a una escultura de Alberto Giacometti casi tocando un retrato de Picabia, no temenos que dar explicaciones", explica Foster, que considera que esa "ausencia de reglas" es la que rige la exposición.

En la exposición figurarán artistas como Olafur Eliasson o Ai Waiwei, a los que hay que sumar referentes históricos como Marcel Duchamp, Alexander Calder, Henry Moore, Richard Serra y Mark Rotkho. Foster también ha plagado su muestra de nombres más recientes, como Miquel Barceló, Andreas Gursky o Los Carpinteros.