Castilla y León fue el año pasado la tercera comunidad de España con menor tasa de disoluciones matrimoniales (nulidades, separaciones y divorcios), 1,72 por cada mil habitantes, cifra sólo mejorada por Extremadura, con 1,70, y Castilla-La Mancha, con un 1,65. La región mantuvo prácticamente las mismas cifras del año anterior, en el que se registraron 4.476 disoluciones matrimoniales, 56 más que en 2009.