El cineasta Quentin Tarantino comenzó hoy su trabajo de presidente del jurado de la 67 Mostra de Venecia y quitó hierro a la supuestamente incómoda tarea de calificar el trabajo de sus compañeros de profesión. "Yo siempre juzgo una película cuando la veo", expresó hoy en el Lido.

"Como espectador, como cineasta o como jurado, uno siempre sale de una película con una opinión", explicó este director de culto, cuya experiencia festivalera había sido hasta ahora prácticamente monopolizada por Cannes: allí ganó la Palma de Oro con "Pulp Fiction" y la entregó, como presidente del jurado, a "Farenheit 9/11".

Precisamente el 11 de septiembre hará pública la deliberación de un tribunal que hoy se inició con "Black Swan", de Darren Aronofsky, y que está compuesto también por su compatriota y músico de cabecera de Tim Burton, Danny Elfman, el cineasta y guionista mexicano Guillermo Arriaga, y el exquisito cineasta francés Arnaud Desplechin.

Completan el equipo para la atribución de Leones los cineastas italianos Gabriele Salvatores y Luca Guadagnino -director de "Io sono l'amore"- y la única "mujer sin piedad" de esta edición: la actriz lituana Ingeborga Dapkunaite.

Con el excéntrico Tarantino al frente, no sería de extrañar algo de aleatoriedad en el palmarés -"mis gustos cambian con el tiempo", dijo-, pero el director rebatió las suspicacias que levanta el hecho de que su ex pareja sentimental, Sofía Coppola, esté en el concurso con "Somewhere".

"Mi integridad habla por sí misma. Y el sentimiento de un cineasta a concurso cuando un amigo suyo está en el jurado no es el de que eso le ayudará a ganar, sino todo lo contrario", explicó quien recibiera un premio en Cannes con "Malditos bastardos" -mejor actor para Christoph Waltz- cuando Isabelle Huppert, que había rechazado un papel en el filme, presidía el jurado.