La pandemia del coronavirus , especialmente a nivel sanitario, aunque las finanzas personales de los españoles también están sintiendo los resultados del Estado de alarma. Más desempleo, más precariedad laboral y colas más largas para recibir ayudas sociales.

El Gobierno está intentando contrarrestar estos efectos con medidas como el Ingreso Mínimo Vital o la regulación del teletrabajo, pero la sociedad se enfrenta a una situación de incertidumbre sin parangón y está por ver cómo reaccionan tanto las familias como las empresas a la evolución de la pandemia.

La incertidumbre es el principal detonante del futuro a corto plazo y el ahorro está al alza en los hogares españoles, lo que se traducirá en una bajada de la solicitud de nuevos créditos. Por otra parte, el cese productivo en el confinamiento y los numerosos despidos y ERTE están lastrando la economía española y se prevé que el PIB caiga en un 9,5% este año. La bajada de ingresos en las familias hace que se estime un aumento de la tasa de morosidad en 6,6 puntos porcentuales, lo que son aproximadamente siete puntos más que hace apenas medio año.

El sistema crediticio se encuentra a examen y será necesario el respaldo del BCE y de las políticas económicas del Gobierno para que los pagos en préstamos tanto personales como empresariales no perjudiquen al conjunto financiero.

¿Cómo han reaccionado los bancos ante el coronavirus?

Al poco de decretarse el Estado de alarma, los bancos españoles comenzaron a introducir cambios en las condiciones que influyen en los créditos que otorgan. El Banco Central Europeo, en una encuesta realizada en la segunda quincena de marzo, constata que los bancos han endurecido las condiciones a la hora de otorgar créditos empresariales, a la compra de vivienda y los créditos al consumo.

Por su parte, el Gobierno decidió permitir aplazamientos de pagos en hipotecas para aquellos que viesen reducidos sus ingresos a consecuencia de la Covid-19 y la banca acordó una moratoria de hasta un año para las hipotecas y de seis años para los préstamos personales.

Estas medidas han provocado, por una parte, una bajada en la contratación de nuevos préstamos y, por otro lado, una caída en los ingresos por préstamos derivada de las moratorias. Todo ello, unido a la gran incertidumbre que deja esta pandemia, que hace que las familias tiendan al ahorro personal y hace que las empresas dejen a un lado la inversión por un tiempo, posiciona el panorama crediticio en una situación complicada.

El consumo privado se resiente

Un estudio publicado por el FMI en mayo asegura que la demanda privada está siendo incluso menor de la prevista al principio de la pandemia. Esto puede estar motivado porque la economía española está siendo una de las más golpeadas por la crisis del coronavirus, habiendo caído un 12,8% nuestras previsiones de crecimiento económico. Y aunque poco a poco el gasto se va recuperando, con un incremento del 19,3% en mayo respecto a abril, esto solo compensa un 40% de lo perdido durante el confinamiento.

Según las previsiones del Banco de España elaboradas en junio, siguiendo un escenario de recuperación temprana, el ahorro precautorio de los hogares irá en decremento a partir del verano y las empresas retomarían sus decisiones de inversión a finales de este año, por lo que nos acercaríamos poco a poco a una situación similar a la anterior a la pandemia.

Sin embargo, hasta entonces, nuevos rebrotes de coronavirus pueden surgir, así que la previsiones elaboradas pueden dar un vuelco en cualquier momento. Esto las familias lo saben, por lo que la tendencia a disponer de liquidez en los hogares está en alza y se espera que la tasa de ahorro se sitúe en torno al 10%.

La morosidad post-coronavirus

En marzo de este año, la tasa de morosidad se situaba en el 4,8% respecto del crédito total concedido en España y, en comparación con el año anterior, esta tasa había descendido 0,93 puntos porcentuales. Además, la concesión de financiación también estaba creciendo, por lo que las previsiones estaban siendo positivas.

Sin embargo, la llegada de una inesperada pandemia mundial provocará, según previsiones del Banco de España, una caída del PIB del 9,5% durante el 2020, lo que tendrá una fuerte repercusión en la tasa de morosidad. Según datos históricos, la tasa de morosidad sube un 0,7% por cada punto de pérdida del PIB, por lo que este año la morosidad podría llegar casi al 12%. Así lo declaró el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

El tipo de crédito más afectado está siendo el relacionado con el consumo, pero estos créditos no son la mayor amenaza del sistema financiero, aunque constituyen un 26% de todos los créditos concedidos a los hogares por los bancos españoles. El problema llegará cuando el impago masivo se realice sobre los préstamos hipotecarios, aunque, según el Banco de España, esto solo ocurrirá si la caída de las rentas en los hogares se alarga en el tiempo.

Es difícil estimar previsiones sobre cuándo se revertirá esta situación debido al gran riesgo de que haya rebrotes, por lo que la incertidumbre y los fuertes batacazos porcentuales se mantendrán en el tiempo hasta que, al menos, se descubra una solución a la Covid-19.

Fuentes

https://www.funcas.es/covid-19/pdf/PanelPrevisionesMayo2020.pdf

https://www.bde.es/f/webbde/SES/AnalisisEconomico/AnalisisEconomico/ProyeccionesMacroeconomicas/ficheros/be08062020-proy.pdf

https://www.europapress.es/economia/macroeconomia-00338/noticia-espana-registrara-2020-mayor-deficit-rescate-bancario-deuda-113-fmi-20200415143401.html