In memoriam: Miguel Santiago Prieto, el zamorano que deja una huella impresionante
El pasado sábado era enterrado en Donadillo el sacerdote, militar, jurista e intelectual Miguel Santiago Prieto, hijo ilustre del pueblo que falleció a los 95 años

Miguel Santiago Prieto, a la izquierda, durante un homenaje | ARACELI SAAVEDRA
La formación de Miguel Santiago Prieto comprende desde los estudios del seminario de Astorga, su paso por la Universidad Pontificia de Comillas para hacer Derecho Canónigo y también por la Universidad Complutense, donde se licenció en Derecho Civil. Pero son Miguel era un hombre que siguió formándose toda su vida, pues le gustaba leer e investigar.
Su trabajo como docente comenzó en el Seminario Menor de Nuestra Señora de las Ermitas, de Orense, pero también fue profesor de Deontología Jurídica en la Escuela de Estudios Jurídicos y Academia Militar de Intervención. Con 26 años ingresó por oposición en el Cuerpo Eclesiástico del Ejército, y allí permaneció hasta 1991 cuando concluyó su vida laboral con el grado de Coronel Capellán, como Vicario Episcopal y Jefe del Servicio Religioso del Ejército.
A pesar de sus muchos destinos, nunca se olvidaba de Zamora y de Donadillo. Ayudó a la Diócesis de Astorga una vez jubilado colaborando con los párrocos de la zona, en los meses que pasaba en su pueblo. Tuvo tiempo de implicarse en la Casa de Zamora en Madrid, como capellán, y allí conoció a otro zamorano ilustre como Claudio Rodríguez.
Cofradía de los Falifos
Entre 1990 y 1992, varios párrocos de la zona, y también seglares y el propio D. Miguel, trataban de potenciar la antigua Cofradía de los Falifos, de Rionegro del Puente. La importancia histórica de esta cofradía era por su vinculación al Camino de Santiago, a la atención y cuidado de los niños expósitos que se dejaban en las cunas de piedra del pórtico del Santuario y a numerosas obras de caridad. Pero la emigración que sufrieron todos los pueblos había afectado también a la Cofradía de los Falifos y todos vimos que era necesario una especie de refundación. Una comisión de sacerdotes con el apoyo de la Diócesis de Astorga comenzó a redactar unos nuevos estatutos adaptados a los nuevos tiempos. Estaban en vigor los últimos firmados por el rey Carlos III en 1787.
Una vez redactados, se procedió a convocar a todos los cofrades, extendidos por muchos pueblos para elegir un nuevo cabildo que estaría formado por 16 sacerdotes y 14 seglares, y una vez confirmados los cargos de cabildero se reunió el Cabildo para elegir presidente y otros cargos. Y en esta reunión del año 1992, todos éramos conscientes de la valía de uno de los elegidos: D. Miguel Santiago Prieto, recién jubilado y con mucho tiempo por delante, recibió la mayoría de los votos para ser presidente por cinco años, que se prorrogaron otros cinco al volver a ser elegido también por amplia mayoría.
La Cofradía de los Falifos, que había tenido ingentes propiedades antes de la Desamortización de Mendizábal, partía ahora casi de la nada, con tres propiedades: El Santuario de la Carballeda, el antiguo hospital de peregrinos (hoy albergue en funcionamiento) y la Casa de la Virgen, que está en vías de restauración de su interior.
El nuevo presidente constató que, el Santuario tenía muchas deficiencias, que el hospital de peregrinos había que reconvertirlo en albergue y que también la Casa de la Virgen necesitaba una restauración. Y así es como D. Miguel comienza trabajos de investigación sobre la cofradía y programa viajes y entrevistas con autoridades para concienciar de la gran importancia histórica de esta cofradía. Uno de los primeros viajes fue a Valladolid para una entrevista con el consejero de Fomento, Jesús Merino, el 19 de abril de 1995. Habíamos salido un grupo de sacerdotes y seglares en dos coches camino de Valladolid, acompañando a D. Miguel e hicimos una parada en el Montico a pocos kilómetros de Valladolid.
Al llegar notamos a la gente asustada y nos comunican que el presidente del PP, José María Aznar había sufrido un atentado. Llegamos poco después a la Consejería y nos confirmaron que varios altos cargos, entre ellos el consejero habían salido para Madrid pues era un momento difícil. No obstante, nos atendió un director general y aquí comenzó la interminable lista de viajes de D. Miguel, cuyos resultados se están viendo ahora y en gran parte gracias a él, vemos que el Santuario de la Carballeda luce con todo su esplendor tras varias restauraciones. El albergue de peregrinos es una realidad desde 2006.
Investigador
Había otro trabajo menos visible, pero igual de importante, como era poner a la Cofradía en el lugar que le corresponde por su historia. En la Casa de Zamora, donde coincidían D. Miguel y Claudio Rodríguez, éste se interesó por la palabra que definía a nuestra cofradía: "el falifo". Aunque ya se habían hecho estudios sobre esta palabra, que podía ser gallega, portuguesa o incluso árabe, faltaba incluirla en el diccionario de la RAE. Tenía a su favor que no era una palabra local de Rionegro del Puente. El falifo estaba presente desde hacía siglos en zonas de Galicia, de León, de Salamanca, de Portugal y era de justicia ese reconocimiento. Claudio Rodríguez era miembro de la Real Academia Española y de la Real Academia Gallega y tomó el asunto con mucho interés, pero su muerte en 1999, aplazó de momento esta petición.
Pero sin duda, el gran trabajo desconocido de D. Miguel es su investigación sobre la Cofradía de los Falifos, a lo largo de más de 15 años. Hubo un punto de partida, en unas Jornadas organizadas en 2010 por el Museo Etnográfico que se celebraron en Zamora y en Rionegro del Puente. La conferencia final a cargo de D. Miguel suponía el germen de su libro sobre esta cofradía, con datos desconocidos. Si repasamos los estatutos del año 1787, vemos un preámbulo histórico donde se hace alusión a las bulas, indulgencias y breves, que cinco Papas concedieron a la Cofradía: Eugenio IV, en 1446, Paulo II en 1465, Sixto IV en 1482, Paulo III en 1534 y Paulo V en 1605.
Fruto de las investigaciones de D. Miguel, que recorrió el Archivo Nacional de Madrid, la Biblioteca Nacional, el Archivo Diocesano de Astorga, Archivo de Simancas, Archivo Provincial de Zamora y otros menos conocidos, pues aparecieron nuevos datos sobre la Cofradía de los Falifos: Clemente VI en 1342 y Alejandro VI en 1492, también concedieron prerrogativas a la Cofradía. Hay un dato significativo en las investigaciones de D. Miguel y es que ya en los documentos de Clemente VI en 1342, se hacía mención a la Cofradía de los Falifos, como fundada "en siglos anteriores", lo cual corrobora la opinión de algunos historiadores, de situar a la Cofradía de los Falifos como una de las más antiguas de España, quizás desde hace mil años.
Don Miguel, deseaba publicar en un libro todas sus investigaciones sobre la Cofradía de los Falifos, y la Cofradía le animó y le dio el apoyo necesario para llevar a cabo este proyecto. Finalmente, en 2011 el libro fue editado y se entrega a los cofrades y también está a disposición de todos los interesados. Hay que resaltar un hecho destacado: Don Miguel era totalmente desinteresado en los temas económicos. A pesar de sus múltiples viajes, gastos y otros derivados de sus investigaciones, nunca quiso cobrar nada. Además, entregó a la Cofradía todo el fondo de documentos que había conseguido en los distintos archivos.
La familia
En este breve recorrido por una vida, quiero destacar la ejemplaridad de una familia, donde todos se apoyaban. Hermanos y sobrinos eran como una piña, alrededor de D. Miguel que, a pesar de su valía y de sus logros, nunca hacía alarde de nada. Era uno más. Hace algo más de un año falleció su hermana Rosario, con cien años y en la misa funeral estaba Don Miguel a pesar de su delicado estado de salud, concelebrando. Y solo hace unos días falleció Andrés, otro de los hermanos. De esa familia numerosa de 6, sólo quedan dos hermanas, Ramona y María Elia.
Especialmente desde su jubilación, Don Miguel pasaba varios meses al año en Donadillo acompañado de dos de sus hermanas. Siempre que le hacíamos una visita en el pueblo, nunca faltaba el aperitivo de queso o jamón, que Rosario ofrecía a todos. He tenido la suerte de compartir viajes, reuniones y charlas durante muchos años con D. Miguel y me queda el recuerdo de haber aprendido mucho de una persona que buscaba siempre la perfección en todo lo que hacía y aquí va un ejemplo: Recién elegido presidente de la Cofradía, era necesario editar nuevos títulos para los cofrades. El se encargó de su diseño, para que no faltara nada: la imagen de la Virgen de Carballeda, el escudo de la Santa Sede, el escudo de España, el de Castilla y León y también el de la Diócesis de Astorga. Incluyó una breve reseña histórica sobre la Cofradía y consiguió unos títulos de gran belleza. Una vez que el Cabildo de la Cofradía de los Falifos aprobó la propuesta, Don Miguel se encargó de hacer varios centenares de títulos en una cartulina especial y los regaló a la Cofradía.
Siempre duele despedir a una persona con la que yo he compartido mucho tiempo, pero me queda la satisfacción de haber aprendido mucho con un personaje ilustre que era un zamorano de la España olvidada.
Suscríbete para seguir leyendo
- El riego de la gripe aviar impacta en Zamora: los 33 pueblos a los que afecta el confinamiento de aves de corral
- Ponferrada - Puebla de Sanabria: cuando 50 kilómetros en línea recta se convierten en dos horas de viaje
- Se buscan “inversores de todo el mundo” para revitalizar un poblado deshabitado de Zamora
- Rubén, el nieto del 'jilguerín', un sevillano de raíces alistanas 'salva' la farmacia del pueblo de su abuelo
- La Junta autoriza una granja porcina con 3.700 animales a menos de 130 metros del embalse de Ricobayo
- Sanabria, el destino preferido del ministro Félix Bolaños para 'recargar pilas' durante este otoño en Zamora
- Accidente de tráfico en este pueblo de Zamora
- La fabricación del queso zamorano se abre al consumidor
