San Juan de la Cuesta rememora los 1.500 años del martirio de San Pelayo
El santuario y la reliquia se convirtieron en el lugar de reencuentro de los vecinos durante una fiesta con un marcado carácter familiar

GALERÍA | Fiestas de San Pelayo en San Juan de la Cuesta / Araceli Saavedra
Los vecinos de San Juan de la Cuesta participaron de los actos festivos de San Pelayo, en la pequeña ermita dedicada a este santo, en la conmemoración de los 1.500 años de su martirio.
La fiesta de San Pelayo es una fiesta entrañable y familiar que reúne al pueblo en torno a la pequeña capilla y se comparte un almuerzo a mesa corrida.
El párroco, Miguel ángel Fernández Orduña, recordaba precisamente este joven santo de 15 años. La procesión alrededor del santuario de vecinos y músicos con la imagen y las reliquias de San Pelayo abrió la celebración religiosa.
Historia
El panel informativo en la ermita recuerda que este santo nació en Tuy en el año 911, año de la llegada de las tropas musulmanas a la Península. En su tierra natal estudió gramática y salterio junto a su tío Hermogio.
Su tío es apresado en la batalla de Val de Junquera en 920 y es trasladado a Córdoba. Su sobrino es tomado como rehén mientras su tío busca el rescate de oro pedido por sus captores. El califa Abderramán III se fija y toma a su servicio a Pelayo, pero no renegó de su fe. “Soy cristiano; lo he sido y los seré” fueron sus palabras.
El lugar en el que se encuentra la iglesia fue el asentamiento de los primeros pobladores, donde se conservaron las tradiciones paganas, hasta la ocupación musulmana. Durante la Reconquista el lugar es elegido como santuario hasta donde llega una reliquia del santo.
El libro Tumbo de San Martín de Castañeda recoge precisamente que en el siglo XII se sitúa en estos parajes el poblado de San Pelayo y su ermita. La actual ermita no es el santuario primitivo, sino que data del siglo XVI. La piedra de sillería muros del templo se extrajo del monte de San Juan de la Cuesta, del paraje del Corralón.
"Refaldos de piedra"
En 1935 los vecinos de San Juan trasportaron los refaldos de piedra para el solado del templo que hasta ese momento era de tierra. El pueblo se encargó, en 1967, de rejuntar las paredes de la ermita.
El tejado del templo entró un proceso de deterioro importante, a comienzos de los años 90, hasta que en 1995 se rehabilita el tejado de la nave con artesonado de madera y cubierta de pizarra. En 1998 se realiza la segunda intervención para completar la rehabilitación del tejado.
Este sábado volvió a sonar la campana. En el 2006 se bajaron dos piedras de monte de San Juan y se instalaron en un pequeño promontorio artificial. Esas dos piedras se convierten en un campanario, con campana fundida en Saldaña, en 2008.
Una de las figuras que fueron retiradas del templo fue precisamente la imagen de la Virgen de las Candelas, que se la llevaron “los de Puebla” como recordaba un vecino con esa espina clavada y señalando al camerín vacío del retablo de la ermita.
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