Raigambre

Cofradía de los Falifos (II)

Su nombre ya figuraba en una bula papal de Clemente VI a mediados del siglo XIV, que ratificaba privilegios y gracias concedidos por papas anteriores

Las cadenas del atrio del Santuario de La Carballeda simbolizaban el derecho de asilo

Las cadenas del atrio del Santuario de La Carballeda simbolizaban el derecho de asilo / M. C. G.

Mariano Cano Gordo

La Cofradía, una de las más antiguas de España, adoptó su apelativo por la única obligación real del cofrade al ingresar en la misma. El "falifo" es una prenda de ropa, de las mejores del vestuario del cofrade, que los herederos del mismo tradicionalmente se encargaban de entregar a la Hermandad para ser públicamente subastada una vez que el congregante había fallecido. La cesión de la vestimenta habilita al cofrade para recibir las gracias espirituales establecidas en los Estatutos y reflejadas en varias Bulas papales.

Tras un decreto del Obispado de Astorga de 1949, se reemplazó la entrega de la prenda de vestir por la aportación de su valor económico o la donación de bienes útiles a la Cofradía.

Desde los Estatutos de 1992, para evitar que los herederos eventualmente pudieran desatender su compromiso, corresponde al cofrade la entrega en vida de dicha contribución, pudiendo hacerlo a plazos o de una sola vez.

El "falifo" ha sido uno de los recursos económicos más prósperos de la Hermandad. Tanto es así que hubo otras cofradías zamoranas cercanas que plagiaron la idea, lo que llevó a pleitos en el siglo XVIII para dilucidar la exclusividad en el derecho a la utilización del mismo como medio de obtención de ingresos. El Tribunal Diocesano de Astorga resolvió que el "falifo" era exclusivo de la Cofradía, resolución refrendada más tarde, el 8 de junio de 1726, por la Sagrada Congregación de cardenales del Concilio de Trento, dictaminando que en un radio de 50 leguas a la redonda (lo que en el antiguo sistema español equivalía a poco más de 278 km) del Santuario de la Virgen de la Carballeda en Rionegro del Puente, era exclusivo de la Hermandad de los Falifos. Posteriormente hubo otras denuncias por el mismo motivo contra varias cofradías diocesanas zamoranas, leonesas, ovetenses y orensanas.

Cofradía de los Falifos (II)

Imagen de Santiago Peregrino en el Santuario de La Carballeda, sede de la Cofradía de los Falifos. / M. C. G.

Dentro del patrimonio de la Cofradía estaban el "falifo", numerosas propiedades inmobiliarias diseminadas por varias comarcas, donaciones, limosnas, arriendos, censos, foros, vasallaje… Las sucesivas leyes desamortizadoras de Mendizábal y Pascual Madoz en el siglo XIX privaron a la Cofradía de su patrimonio, imposibilitándola para cumplir sus propósitos benéfico-sociales.

Ocho papas, desde el siglo XIV al XVIII concedieron gracias, privilegios e indulgencias plenarias para los cofrades y su santuario, reflejadas en trece bulas y breves.

Originariamente se rigió mediante la costumbre, la memoria y la tradición transmitida de padres a hijos.

Carlos III promulgó unas disposiciones contenidas en la Novísima Recopilación que promulgaban cinco tipos de cofradías, quedando la de los Falifos incluida dentro de las constituidas por la autoridad eclesiástica. De nada le sirvió contar con la aprobación del Sumo Pontífice ya que, al no disponer de licencia real, se suprimió de forma provisional, siendo confiscados todos sus bienes, viéndose abocada a su desaparición preceptivamente.

Cofradía de los Falifos (II)

El santuario de Nuestra Señora de la Carballeda es actualmente el templo parroquial de Rionegro del Puente. / M. C. G.

Para evitarlo se procedió con presteza a la redacción de unos Estatutos para su aprobación por el Supremo Consejo de Castilla, acompañados de la mención de las abundantes indulgencias otorgadas por varios Papas mediante Bulas y Breves.

Además de exponer todas las labores que secularmente caracterizaron a la Cofradía, tales como el socorro de enfermos, dotación de doncellas pobres, obras de caridad, ayuda a los peregrinos…, se puso especial énfasis en señalar la inmemorial tarea desarrollada a favor de los niños expósitos, proporcionándoles cría y manutención, al igual que con los niños pobres, con el agravante de que los establecimientos similares más cercanos estaban a más de 12 leguas de distancia (alrededor de 60 kilómetros), en Zamora y en el santuario de Nuestra Señora de la Peña, en las cercanías de Ponferrada, por lo que lo más probable si se suprimiera la Hermandad es que todos fallecieran. Además, al cumplir los 7 años los empleaban en el pastoreo, pudiendo también colocarlos en la fábrica de lienzos e hilos del conde de Benavente.

1: Imagen románica de la Virgen de la Carballeda, patrona de la Cofradía.
 2: Escultura de madera policromada de Santiago Peregrino. 
3: El santuario de Nuestra Señora de la Carballeda es actualmente el templo parroquial de Rionegro del Puente.
4: Las cadenas del atrio del santuario simbolizaban el derecho de asilo. | Mariano Cano Gordo.

Imagen románica de la Virgen de la Carballeda, patrona de la Cofradía de los Falifos. / M. C. G.

Tras dos años de incertidumbre, por fin el 25 de agosto de 1787 se aprobaron los Estatutos y la Cofradía recuperó su estatus y todos sus bienes, a lo que contribuyó enormemente el ingente trabajo realizado por la Hermandad con los niños expósitos.

Una semana más tarde la marquesa de Viance, patrona de Rionegro y de la Hermandad, denuncia a esta última. Tras dos años de litigio, la Cofradía es obligada a incluir una cláusula en sus Estatutos en la que se reconocen los derechos de patronato a la marquesa y sus sucesores en el mayorazgo. Estos privilegios cesaron después del Concilio Vaticano II y la promulgación de la Constitución Española de 1978.

Con el tiempo se han ido renovando periódicamente los Estatutos. Los del 2 de octubre de 1914 autorizaban reemplazar el "falifo" por una peseta, cantidad que aumentó hasta las veinticinco pesetas treinta y cinco años después. Los últimos Estatutos son de 2017.

Actualmente la Cofradía, como marcan sus Estatutos, es una institución benéfico-religiosa de clérigos y seglares bajo la protección de Nuestra Señora de la Carballeda, que se dedica al fomento del culto divino y de la Virgen, su patrona, consagrando ofrendas y misas por los cofrades, tanto difuntos como vivos, encargándose de obras filantrópicas espirituales y corporales.

La Cofradía está regida por un Cabildo compuesto por sacerdotes y laicos, que escogen para un plazo de cinco años a los cargos directivos: Juez-Presidente, Abad o Vicepresidente, Mayordomo y Secretario, junto con el párroco de Rionegro que ejerce de Capellán. Además, cuenta con vocales de ambos sexos.

Los "falifos", los granos y otras limosnas solo podían ser subastados por el Abad en tres ocasiones: el día de la fiesta en septiembre, el día siguiente y el martes de Pascua, día en el que el Abad celebra la misa al igual que el día de la Anunciación. Los sábados se celebran misas por los cofrades vivos y los lunes para los difuntos. Los Estatutos obligan al abad a recorrer las localidades próximas con cofrades en agosto o septiembre para la recogida de limosnas.

El capellán de la Cofradía llegó a impartir docencia en latín y humanidades durante 15 años para el Seminario de Astorga entre el siglo XIX y el XX.

Mediante estas líneas quiero agradecer la ayuda prestada por Eusebio Rodríguez, Secretario de la Cofradía de los Falifos, para la elaboración de este reportaje.

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