Tierra del Vino

Una centenaria de "rompe y rasga", pionera empresarial y al volante

Natural de San Miguel de la Ribera, Isabel Salazar Aribayos fue en su día una mujer atípica e inquieta que ejerció de delegada provincial en Zurich y Sanitas

Familia de Isabel Salazar Aribayos durante la celebración en el bar de la residencia Los Rosales de Moraleja.  | CEDIDA

Familia de Isabel Salazar Aribayos durante la celebración en el bar de la residencia Los Rosales de Moraleja. | CEDIDA

Moraleja del Vino

Tres cifras para representar a una generación de mujeres que derribaron muros y construyeron caminos. Fueron pocas, pero cruciales las que hicieron frente a un país de represión a golpe de coraje y tesón. Zamora no ha sido la excepción y también ha contado con un buen puñado de ejemplos, entre ellos el de Isabel Salazar Aribayos, pionera y mujer "de bandera" que ayer celebraba los 100 años de vida.

Tres hijos, cinco nietos y tres bisnietos, entre ellos Elena Bahamonde, la primera campeona zamorana de España de judo cadete, festejaron junto a ella tal feliz acontecimiento en el bar de la residencia Los Rosales de Moraleja del Vino.

Nacida el 11 de mayo de 1925 en San Miguel de la Ribera, Isabel fue una mujer atípica, de "rompe y rasga", que venció las barreras sociales e ideológicas a golpe de libro. En un momento en el que eran contadas las féminas que proseguían los estudios superiores, ella inició una destacada carrera que arrancó con sus primeros trabajos como "chica del cable" hasta que contrajo matrimonio.

Isabel Salazar Aribayos en una imagen tomada hace años.

Isabel Salazar Aribayos en una imagen tomada hace años. / Cedida

La llegada de sus cuatro hijos (José, Fernando (†), Isabel y Miguel Bahamonde Salazar) no le frenó a la hora de convertirse primero en pasante de su marido, procurador de los tribunales, para seguir creciendo. Lejos de quedarse a la sombra de su cónyuge, Isabel llegó a ocupar el puesto de delegada provincial en importantes compañías de seguros como Zurich y Sanitas.

Un ejemplo dentro y fuera de un hogar que antaño constriñó al género femenino, pero al que se sobrepuso poniéndose literalmente al volante como una de las primeras "sino la primera mujer" que se sacó el carnet de conducir en la provincia de Zamora. Su carácter inquieto le ha acompañado hasta su vejez: viajera empedernida, ha editado además varios libros de poesía y narraciones breves. "Todo lo quería saber, ver, aprender, conocer", resumen sus familiares.

Hablan con el cariño que merece una mujer que supo romper moldes "aunque ahora en 2025 se vea como algo muy normal". Un espíritu que le ha acompañado durante toda su vida porque "así era y es" a sus 100 años de vida.

La yudoca y campeona de España, Irene Bahamonde, junto a su bisabuena Isabel Salazar Aribayos en la celebración de su centenario.

La yudoca y campeona de España, Irene Bahamonde, junto a su bisabuena Isabel Salazar Aribayos en la celebración de su centenario. / Cedida

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